EL PLACER DE LA CULTURA

martes, 18 de agosto de 2020

La iglesia de Santa Matilde y su decoración cerámica

En el barrio de Prosperidad, en el nº 166 de la calle de López de Hoyos, esquina a la de Santa Hortensia, se encuentra la parroquia de Santa Matilde. Se trata de un edificio que forma parte de un conjunto más amplio, un antiguo grupo escolar, hoy reutilizado como oficinas de Cáritas Diocesana tras una profunda reforma y ampliación que concluyó en 2018.

Fachada de la parroquia de Santa Matilde

El arquitecto Ignacio de Aldama Elorz finalizó en 1930 la construcción del complejo educativo que se inauguró el 7 de junio, “bajo la presidencia de Su Majestad el Rey”, según el nº 427 de la Revista Católica de Cuestiones Sociales, publicado en julio de 1930 (págs. 53-54). El diario La Época del 7/6/1930, página 4, informa de que acompañaron a Alfonso XIII los ministros de Gobernación e Instrucción Pública, el director general de Primera Enseñanza, el obispo de Madrid-Alcalá, el gobernador civil y el alcalde de Madrid, así como miembros del Patronato de la Fundación, además de otras personalidades.



 Zócalo cerámico del atrio de la iglesia con el escudo de Madrid

La obra, iniciada en 1928, había sido patrocinada por Pilar de la Mata Martínez, impulsora de una fundación en 1907 con finalidad social y educativa, y se construyó en terrenos de su propiedad. Según una reseña sobre su inauguración publicada en La Construcción Moderna, nº 11, 15-VI-1930, pág. 175, el coste total del grupo escolar fue de 1.250.000 ptas.


 

Detalle del escudo de Madrid

Las instalaciones estaban organizadas en dos volúmenes independientes de dos plantas, uno para niñas y otro para niños, cada uno con su propio patio, además de otro edificio para vivienda de profesores. Según el citado número de la Revista Católica de Cuestiones Sociales “su superficie es de 5.350 metros cuadrados, y está situado en uno de los lugares más sanos de la barriada y es capaz para dar en él instrucción a 150 niños y otras tantas niñas, y en él han sido perfectamente separadas todas las instalaciones para cada sexo”. Se dice además que “hay dos magníficos comedores, dos salas de baños y duchas, una sala de reconocimiento médico, con instalaciones para determinar la aptitud profesional, un Museo de Ciencias Naturales, Física y Anatomía, y un amplio salón de bibliotecas”. Más adelante se indica que “en los comedores se dará gratuitamente la comida de mediodía a cincuenta niños de cada sexo”.


Zócalo cerámico del atrio de la iglesia con el escudo real

 Como es habitual en este tipo de fundaciones piadosas, la capilla estaba situada en el centro del edificio y, según la Revista Católica “es lo mejor de él: a su cargo hay dos capellanes. Esta capilla será abierta al culto de los vecinos todos los domingos, con lo que se viene a satisfacer una verdadera necesidad, dada la escasez de templos que hay en aquel lugar”. La Construcción Moderna no duda en calificar la obra como “magnífica”.


 

Detalle de cartela con escena caballeresca

El colegio funcionó hasta finales de los años 60. Actualmente los edificios de la Fundación Pilar de la Mata han sido reformados y ampliados para acoger oficinas de Cáritas Diocesana, salvo la capilla, que desde 1966 es la iglesia parroquial de Santa Matilde. En el atrio o vestíbulo de la iglesia se conservan los zócalos originales de cerámica, con la firma de Ángel Caballero, que trabajó en el taller de Enrique Guijo de la calle Mayor al parecer como contable y que luego se apropió del mismo. Encontramos también su nombre en la decoración cerámica de otros edificios de Madrid.


 

Fachada del antiguo colegio con la imagen de la Virgen del Pilar 

Son dos composiciones simétricas, una situada a la izquierda y otra a la derecha de la puerta de la iglesia. En el centro de uno de ellos encontramos el escudo real y en el otro el de Madrid, ambos rodeados por adornos vegetales y grifos de estirpe plateresca. En los laterales se encuentran sendos medallones con efigies de personajes masculinos vestidos como guerreros antiguos y cartelas con escenas caballerescas o bélicas de ambientación medieval, entre exuberantes palmetas y rebosantes fruteros. Las composiciones son muy coloristas, con fondo azul y dominio de motivos dorados y remiten a modelos platerescos y barrocos. Por otra parte, en la fachada de uno de los edificios del antiguo colegio se conserva otro panel cerámico, muy vertical, con la imagen de la Virgen del Pilar, también con la firma de Ángel Caballero.