EL PLACER DE LA CULTURA

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lunes, 2 de septiembre de 2013

El Camino del Inca. De Cuzco al desierto de Atacama


Hemos recibido de parte de nuestro amigo el arqueólogo chileno Horacio Larraín un video de inestimable valor sobre las excavaciones que se están realizando en el norte de Chile para recuperar el Camino del Inca.

Horacio Larraín. Julio de 2013

El imperio incaico abarcaba 2 millones de km cuadrados entre el océano pacífico y la selva amazónica, y desde San Juan de Pasto hasta el río Maule por el sur. Desde el Cuzco (capital del imperio) partían caminos hacia los cuatro puntos del Tahuantinsuyu:   Chinchaysuyu al norte, Collasuyo al sur, Antisuyo al este y Contisuyo al oeste. Posteriormente, para facilitar el movimiento de mercancías y tropas la red de caminos se fue ampliando hasta cubrir toda la extensión del imperio.

Por la costa, una pista con suelo firme, allanado y limpio de arena corría desde Túmbez  hasta el cauce del río Maule (sur de Chile en la región del Collasuyo). Unas estacas de madera con unas cuerdas atadas marcaban el rumbo por si la arena cubría o desdibujaba el camino. Los caminos de la sierra se adaptaban a la orografía y los desniveles eran salvados con escalones. Al no utilizar la rueda ni animales de carga, no había obstáculos para los rápidos corredores o chasquis que llevaban las noticias por todo el imperio. Los desniveles y ríos se salvaban con puentes. Un vigilante controlaba de manera constante el buen estado de la vía y el paso de viajeros.

Los caminos eran fundamentales para mantener el poder político del inca, ya que toda una red de chasquis (correos) transportaba a lo largo del reino las noticias y órdenes se que emitían, permitiendo así el buen gobierno de tan vasto territorio. Los chasquis poseían tambos o pequeñas postas en las que obtenían alimento y eran relevados por otros corredores que llevaban el mensaje hasta el siguiente tambo. Las noticias se transmitían a través del quipu, ingenioso sistema nemotécnico realizado con cuerdas de distintos tamaños y colores que portaban mensajes tanto de carácter administrativo como militar. El tiempo empleado para recorren las distancias más largas duraba entre 5 y 10 días.
Quipucamayoc. Felipe Guamán Poma de Ayala. Nueva crónica y buen gobierno
 El cronista Polo de Ondegardo lo relata así:

“Tuvieron estos indios en tiempo del Inca otro tributo que parece fácil y era de mucho trabajo por ser ordinario y continuo y era, que en todos los caminos reales de Quito hasta Chile y más adelante por la gobernación hasta donde el Inca conquistó y puso las fronteras por la sierra y por los llanos y en muchas travesías, principalmente donde había fronteras tenían puestos chasquis cada uno por su tierra, que son unas casillas en cada topo, que es como de nuestra media legua y media, que no son mayores de cuanto es menester para estar dos indios en cada una; de manera que en cada topo había cuatro indios ordinarios de noche y de día que servían de postas, los cuales se mudaban cada mes y proveían las comarcas como caían cada uno en su parte. El oficio de estos era llevar la palabra del Inca desde el Cuzco adonde él quería enviarla y traerla de los gobernadores, de manera que pudiese saber breve lo que él quería de toda la tierra, y hacíase de estar forma, que si el Inca quería mandar algo a algún gobernador, se lo decía al primer chasqui, y luego a toda furia salía corriendo, y sin parar andaba la legua u media, y antes que llegase al otro alzaba la voz y decía que ser apercibiese, y empezaba a decir su embajada y a que provincia iba dirigida, de manera que en llegando sin tenerse, salía otra, porque a los que les cabía de correr velaban, de suerte que nunca estaban desapercibidos y el recado en esto era tan grande y la furia de las postas, que afirmaban que desde el Cuzco hasta Quito, que son quinientas leguas y la mayor parte tierra muy áspera, cuanto más tardaban de ida y vuelta eran veinte días” (Polo de Ondegardo. El mundo de los Incas. Madrid: Historia 16, 1990. pag. 92) 

 Aquí dejamos el enlace a la entrevista en que Horacio explica cómo se va recuperando poco a poco el camino incaico y la importancia que tiene para el desarrollo de las comunidades indígenas del desierto de Atacama.

Entrevista a Horacio en la televisión local de Iquique:

viernes, 25 de enero de 2013

El pasado atacameño de una antropóloga

Estas navidades recibí una comunicación inesperada que me puso en contacto directo con una parte de mi pasado, precisamente el que da nombre a nuestra empresa de servicios culturales y de la que parte la idea motora que impulsa nuestras vidas. Reproduzco a continuación la entrada que Horacio Larraín ha escrito en su blog de Eco-antropología: enlace


Una visita inesperada

Acaeció en un día cálido de Marzo del año 1994,  en la ciudad de Iquique, Norte de Chile.  Golpea a la puerta de nuestra casa  de Pasaje Dolores 3272 una extraña  y sorprendente figura.  Calzando zapatos de terreno, descomunal  mochila al hombro y  sombrero alón aparecía  un ser femenino pequeño, de ojos  vivaces y rostro redondo preguntando por el Dr. Larrain. ¿Vive aquí  el Dr. Larrain?,  interrogó con  un rápido e inescapable  dejo  español,  esbozando  una de esas sonrisas que conquistan a primera vista. Era una menuda joven antropóloga de 25 años,   recién llegada de Madrid,  con su rutilante título bajo el brazo,  que pretendía ir a conocer de cerca el  modo de vida y el pensamiento político de los  aymaras chilenos.  Llamábase la niña - porque eso parecía: solo una niña- Beatriz García Traba, y venía especialmente recomendada por el  arqueólogo   chileno Patricio Núñez Henríquez, del Instituto de Investigaciones Antropológicas  de la Universidad de Antofagasta.

Un acogedor hogar aymara en Cariquima 

 ¿Cómo negarse a recibirla en casa con tal recomendación?  Venía agotada y sudorosa, casi oculta  debajo de su gigantesca y descomunal mochila. No he podido nunca olvidar esa escena hasta hoy. Marta, mi esposa,  la ayudó a trepar la pequeña escalinata  y  a los pocos minutos, ella "se sentía en casa", mejor dicho, nosotros  nos sentíamos "en casa" con ella, como  un miembro más de nuestra pequeña familia. Un par de semanas disfrutamos de su gratísima compañía, mientras preparaba su ingreso al territorio de la  etnia aymara, concretamente en Cariquima y Chijo, junto a la frontera con Bolivia donde la esperaba el hogar de don Antonio y la señora  Elena. Se había propuesto estudiar en su Universidad, la Universidad Complutense de Madrid, como tema de su tesis doctoral,  un tópico difícil y complejo: el proceso de desarrollo político del mundo aymara chileno y su dirigencia  en el contexto de un régimen  político dictatorial: en la época del gobierno militar regido entonces por el  general Augusto Pinochet  Ugarte. Tema candente, complicado y riesgoso, en época de  férrea dictadura militar.


Experiencias  vivas en el mundo aymara campesino.

Como antropólogo cultural, pensé que las tierras de pastoreo y el hogar de mi ex compañero de curso de Lengua aymara  en Arica (dirigido por don Manuel Mamani), don Antonio Moscoso,  que vivía en  el pueblo fronterizo de Cariquima y  en la estancia de pastoreo de Chijo  serían el lugar ideal para que la joven española  se hiciera lugareña,  e "hiciera sus primeras armas" en la etnografía  local aymara.  Así se hizo. Y muy pronto veríamos a nuestra frágil y simpática Beatriz, vestida a la usanza aymara, "pasteando" el ganado,  trasquilando ovejas y recogiendo leña de tola en los faldeos cordilleranos de Chijo (Fotos Figuras 1 a 3). A don Antonio y su mujer acompañaban   su hijo, el  adolescente  Daniel Moscoso y su hermana  Elena. Ésta última   era de la  misma edad que Beatriz, y pronto se  hicieron buenas amigas.


En la estancia ganadera de Chijo.

Así,  en la intimidad cordillerana de Chijo, en el hogar de los Moscoso Mamani, vivió Beatriz varias semanas, como una hija más,  empapándose del modo de vida, cultura y cosmovisión de esta típica y ejemplar familia aymara  tarapaqueña.  Las fotos que aquí presentamos, tomadas en aquellos años por la propia Beatriz y enviadas expresamente por su autora  para ambientar este capítulo del  Blog, nos ofrecen  una cuenta gráfica, palpitante  de emoción y recuerdos,  de su breve aclimatación  a la vida  del pastor andino.


Viviendo  en terreno la "observación participante".

 Los antropólogos culturales  -a  diferencia de nuestros amigos los sociólogos-  usamos como método básico y fundamental de aproximación a nuestra realidad de estudio, de la "observación participante", método simple pero riquísimo que consiste en empaparse del modo de vida del grupo humano que queremos estudiar, siguiendo lo más exactamente posible  la rutina diaria de una familia en su propio ambiente y tomando nota cuidadosa  de su habitat,  su geografía y ecología concreta,  sus vivencias  religiosas, al ritmo lento y cansino de la horas del día dese el temprano amanecer, en su  incesante ir y venir del ganado entre la aguada, el corral, el bofedal  y los pastizales de altura. Al antropólogo en lo posible nada debe escapársele, todo lo debe tratar de señalar y describir para lograr de este modo  penetrar en las claves  más recónditas  de su cultura. Un acompañamiento cercano que ojalá  pueda  extenderse a un año completo,  con todas estaciones  y cambios de clima. Sólo así resulta posible entender y por ende, respetar el modo de vida aymara, sus tradiciones y su historia multisecular.


De  este inolvidable período de su vida, Beatriz  nos ha anotado hoy, de su puño y letra:

"Nunca pensé que en diciembre de 2012 el pasado llamaría a mi puerta a través de las nuevas tecnologías. La misiva del Facebook decía así: "Hola, Beatriz, soy Daniel hijo de Antonio Moscoso y Elena Mamami: no sé si me recuerdas, me acabo de recibir de antropólogo en la Universidad".  Automáticamente  mi mente voló casi veinte años atrás recordando a un chiquillo de ojos despiertos y sonrisa fácil con el que compartí unas semanas en Cariquima junto con sus  padres y su hermana Elena. Su Padre, Don Antonio, era una persona excepcional, con un interés  por la historia y la antropología, realmente llamativo.  Imagino lo orgulloso que estará de su hijo.
Su madre procuró en todo momento que me sintiese como en casa y aún recuerdo las cenas de "pescaditos", con granos de maíz,  y la quínoa con [carne] de llama. Como se puede ver en una de las fotos ,compartí con ellos unos días  en su pequeña cabaña de pastoreo; allí me dejaron participar en sus actividades y doña Elena hiló parte de la lana recién esquilada y me la regaló. Ya en España, mi tía me la tejió y aún hoy  sigo utilizando esa bufanda tan especial.  Al tener [yo]  la misma edad que su hermana Elena, la estancia  con ellos fue realmente acogedora, y las conversaciones muy enriquecedoras para una joven antropóloga que  quería saber realmente cómo se vivía en el altiplano chileno.
Hay cosas que no se pagan, como el cariño que me dieron esos días,  ni el que tantos años después, ese niño, ya mayor, se haya puesto en contacto conmigo para saludarme  y,  además, con la agradable noticia de que como antropólogo, podrá ayudar a su pueblo y seguir defendiendo sus derechos continuando así la estela de algunos de sus familiares,  férreos luchadores de lo s derechos del pueblo aymara".

(Hasta aquí el texto enviado  en estos días por Beatriz desde Madrid, como complemento a este capítulo).

Beatriz García con Daniel Moscoso. Año 1994. Chijo

Beatriz García con Antonio Moscoso esquilando llamas. 1994. Chijo, altiplano chileno

La metamorfosis de un pastor altiplánico.

Pasaron raudos los años. La Universidad Bolivariana  decide abrir la carrera de Antropología y Arqueología en Iquique. Se inicia el año escolar del año 2003 con  un grupo de quince estudiantes de la Carrera. Entre sus profesores estaban el Dr. Mario Rivera,  el Dr. Juan Van Kessel,  el Dr. Horacio Larrain  y los profesores  Olaff Olmos,  Patricio Arriaza  y  Orlando Acosta, entre otros varios. 

Nuevos alumnos, expectantes,  pisan las flamantes aulas universitarias de la recién inaugurada  Sede de Iquique de la Universidad Bolivariana. Entre ellos,   hay un espigado joven aymara, silencioso y retraído,  de nariz aguileña y de rostro curtido por el sol  y los vientos impetuosos de la puna: Daniel Moscoso Mamani. Se ha hecho  realidad, en unos pocos años,  una casi increíble metamorfosis: el pastor de antaño, de chullo y ojotas, ahora se ha convertido en un serio estudiante de Antropología. Fueron años duros de estudio para el joven Daniel, acostumbrado a esquilar ovejas y llamas o cazar guanacos, pero  poco adicto a manejar el lápiz  y el cuaderno de notas. Entre sus compañeros, casi todos tarapaqueños, están Vïctor Bugueño  hijo y nieto de empleados y obreros salitreros, Cristian Riffo Torres,  hijo de un obrero del Mineral de cobre de Chiuicamata, María José Capetillo, joven originaria de Mamiña, de probable y muy antiguo ancestro quechua, Luis Pérez Reyes que nació en una isla  del lejano Golfo de Reloncaví   (Isla Maillen) y otros más, casi todos ellos de origen obrero, pampino o agricultor. Sin duda, es un destacable mérito  y motivo de orgullo de la Universidad Bolivariana  el haber abierto sus puertas en Iquique a  hijos de sencillos trabajadores que por vez primera  se insertaban, entre nerviosos y  expectantes,  en un ambiente académico de alta exigencia.   

Y llegó el gran día: la graduación académica.

Nunca podré yo olvidar las palabras con que el papá de Daniel, don Antonio Moscoso, mi antiguo compañero de un Curso de lengua aymara en Arica en 1985,  nos pidiera, casi en son de súplica,  en  aquel Marzo del 2003, que "hiciéramos todo lo posible porque su hijo llegara al final de su carrera".  Y en esta graduación  del año 2012, Daniel alcanzó la meta tan deseada: ser un Antropólogo para ayudar y defender a su gente y a su pueblo.

Horacio Larraín y Daniel Moscoso. 2012. Iquique, Chile


martes, 31 de julio de 2012

Exposición fotográfica sobre la camanchaca en Documenta-13

Nos llega la noticia desde Chile de que nuestro amigo el investigador chileno Horacio Larrain, miembro del Centro de Estudios del Desierto de Atacama  (CDA) perteneciente a la Pontificia Universidad Católica, ha sido seleccionado para participar en la muestra internacional Documenta-13 en Kassel, Alemania.


La historia que narra en su blog sobre cómo uno accede con su trabajo a los demás o cómo los demás acceden a él a través de una vida dedicada a la investigación, casi legendaria ya, nos enseña a confiar en nuestro trabajo, que en muchas ocasiones se realiza al margen de la lógica imperante pero que tiene siempre como objetivo el bien de los demás, la mejora de sus condiciones de vida y la lucha por unos pobladores que ven amenazado su modo de vida tradicional.


Documenta-13 no es una exposición al uso, sus objetivos se resumen de la siguiente manera:

dedicada a la investigación artística y formas de imaginación que exploran el compromiso, la materia, las cosas, y la vida activa en conexión con una determinada teoría, pero sin subordinarse a ésta"

El objetivo es por tanto exponer soluciones innovadoras y bellas que nos ayuden a todos a avanzar en un contexto más respetuoso y menos invasivo. La creatividad y la imaginación a la hora de aportar soluciones nuevas a problemas viejos es la base de esta exposición.


Recomendamos vivamente la lectura de este artículo, para que aprendamos todos que lo último que debe hacer el hombre es desfallecer ante las dificultades y  perder las ganas de soñar con un futuro mejor.
eco-antropología



lunes, 20 de febrero de 2012

Oasis de niebla en el desierto de Atacama

Hace apenas unos meses hemos desarrollado una actividad para estudiantes de educación secundaria en el CSIC-CCHS en el marco de la XI Semana de la Ciencia en el apartado: “Juventud e innovación social”.


Propusimos una actividad centrada en una experiencia realizada en pleno desierto de Atacama en el norte de Chile en un lugar denominado Alto Patache.




La actividad comenzó con una pequeña introducción de 5 minutos sobre el lugar de investigación y la proyección de diversas fotos que situaban a los estudiantes en el área de desierto. A continuación se les habló del fenómeno de la neblina costera y de la existencia de una caleta de pescadores situada a pocos kilómetros del lugar.


Se propuso entonces el problema del agua como fundamental para el desarrollo de la zona y se instó a los participantes a que buscaran soluciones sostenibles, viables e innovadoras. Se dividió al grupo de alumnos por profesiones: geógrafos, ingenieros, antropólogos, arqueólogos, biólogos…y se les proporcionó mapas o fichas con el fin de que cada uno en su ámbito profesional buscase nuevas soluciones al problema del agua.


Orientándoles en cada momento mediante fotografías y explicaciones se les fue reconduciendo para que “vieran” la cantidad de soluciones que se pueden aportar en un medio geográfico extremo.
El proyecto de los oasis de niebla ha conseguido transformar un lugar desértico en un punto internacional de interés científico creando un centro experimental y un museo al aire libre al que acuden tanto investigadores de todas partes del mundo como estudiantes de secundaria.



Antecedentes del proyecto

Las experiencias tempranas hechas en los años 1957-1970 en los alrededores de Antofagasta por el físico chileno Carlos Espinosa Arancibia y su equipo, en la entonces Universidad del Norte, pusieron de manifiesto la viabilidad de captar el agua contenida en las nubes. Entre 1980 y 1992 investigadores del Instituto de Geografía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la CONAF y el Atmospheric Environmental Service de Canadá desarrollaron un proyecto en los cerros de "El Tofo", logrando tras años de esfuerzo y el apoyo de instituciones canadienses, surtir de agua potable procedente de la niebla al poblado pescador de Chungungo (IV Región) a unos 70 km al Norte de la ciudad de la Serena, caleta que llegó a albergar más de 600 habitantes.

Situación actual

Desde el año 2005 el predio fiscal de Alto Patache (a 65 km. al sur de la ciudad de Iquique) ha sido destinado por un periodo de 25 años por el Ministerio de Bienes Nacionales para fines de conservación y estudio medioambiental, con el objetivo de crear un área de conservación en el sector de Alto Patache. La explotación fue concedida en 2007 a la Pontificia Universidad Católica de Chile a través de su Centro del Desierto de Atacama, cuyos responsables son Pilar Cereceda y Horacio Larraín.

Los objetivos de conservación definidos para el área son los siguientes:

• Protección el ecosistema de oasis de niebla de Alto Patache.

• Desarrollo de investigaciones sobre los diferentes componentes del ecosistema del oasis de niebla de Alto Patache

• Realización investigaciones científicas y tecnológicas de vanguardia.

• Divulgación entre la población local y los visitantes la importancia de la conservación de los ecosistemas de oasis de niebla

• Educación de la población local y regional para que revaloricen los ecosistemas áridos existentes

• Puesta en marcha y mantenimiento de una estación experimental para acoger a estudiantes e investigadores nacionales y extranjeros



Horacio larraín regando con agua de niebla el pequeño huerto experimental de Patache

El sistema de los atrapanieblas

El método ingeniado para la recogida del agua está formado por dos postes de acero y doble malla Raschel que permite recolectar las gotitas de agua de niebla. Éstas, al pasar en grandes cantidades a través de los orificios de la malla, quedan atrapadas y se van juntando para caer por su propio peso en una la canaleta. Se necesitan 10.000 gotitas minúsculas para formar una gota del tamaño de una cabeza de cerilla que pueda escurrir. También es necesario que se den unas condiciones geográficas adecuadas en la zona. Es imprescindible que exista un acantilado rocoso frente a la costa de una altura aproximada de 750 m. sobre el nivel del mar para que el flujo de viento se encauce por dicha quebrada.

Los neblinómetro SFC (Standard Fog Collector), se utiliza en muchas partes del mundo para medir la recolección de agua de niebla. Este instrumento se emplaza en dos postes a 2 m del suelo y su panel mide 1 m2 cubierto por malla Raschel. El tamaño puede variar en función del objetivo que se pretenda conseguir. Con él se ha medido la niebla durante más de 10 años y su promedio de colecta de agua es de 6 L/m2/día.

También se pueden colocar paneles pequeños a unos 20 cm del suelo que tienen la finalidad de conocer la cantidad de agua que podría recoger la vegetación arbustiva y herbácea cercana al suelo.

En las laderas del acantilado, entre el sustrato rocoso se pueden observar arbustos vivos y muertos que son testimonio de un pasado más lluvioso y húmedo


Atrapanieblas en Alto Patache


Para más información es imprescindible consultar la página del Centro del Desierto de Atacama: CDA: Aquí
Y el blog del profesor Horacio Larraín: Eco-antropología: Aquí
El cartel con las actividades de la Semana de la Ciencia: Aquí
Programa de TVE sobre climas extremos en el que, a partir del minuto 35, hay un reportaje sobre la Camanchaca y los oasis de niebla con Horacio Larraín: Aquí

jueves, 21 de abril de 2011

Arkeokomix andino

De nuevo nos remitimos al excelente blog de nuestro querido amigo el antropólogo chileno Horacio Larraín Barros para resaltar un estupendo cómic realizado por dos de sus alumnos en la carrera de arqueología de la Universidad Bolivariana con sede en la ciudad de Iquique: Luis Reyes Pérez y María José Capetillo.

A lo largo de 16 viñetas se nos presenta el modo de vida de los antiguos pobladores del interior, instalados en plena Pampa del Tamarugal a medio camino entre las poblaciones cordilleranas y la costa del Pacífico.

A través de una sencilla historia se nos muestra el encuentro entre dos culturas de una forma más amable de como en realidad sucedió: sin dominios, sin violencia, sin imposiciones, sino más bien desde el diálogo respetuoso, la comprensión y el interés por diferentes soluciones culturales a los mismos problemas de supervivencia que son inherentes al ser humano.

Ya que entonces no pudo ser, hagamos hoy en día un mundo más dialogante. Enseñemos a las nuevas generaciones, a través de instrumentos sencillos como en que aquí se presenta, a respetar los diferentes modos de enfrentarse con el mundo.


Para ver el cómic completo y el estudio previo pinchar AQUÏ

martes, 14 de diciembre de 2010

El papel de la antropología en las ciencias sociales

Hoy traemos a nuestro blog un artículo escrito por el profesor y doctor en arqueología Horacio Larrain Barros titulado: “Historiadores, etnohistoriadores y mitoriadores: el respeto debido a las fuentes históricas”. El autor, de una manera muy acertada, hace un repaso de las distintas disciplinas implicadas en el conocimiento humano desde su ámbito más profundo.

¿Qué es la antropología?: la capacidad de entender al ser humano desprovisto de sus ropajes culturales, la capacidad de ver más allá de las diferencias impuestas por modelos  perecederos y a veces perversos, la capacidad de distanciarse para sistematizar lo que “nos sobra” pero que paradójicamente es necesario para el funcionamiento social.

Todo ello necesita, como bien dice el Dr. Larrain, de un entrenamiento tanto académico como de trabajo de campo, donde se ensayan, prueban y afinan los conocimientos aprendidos durante años en las aulas.

Recuerdo con especial cariño a un profesor de antropología de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Caravantes García, que nos enseñó “a ver” el funcionamiento de los roles culturales en el bar de la facultad: nos juntábamos una vez por semana los escasos alumnos de la asignatura de Etnología de la Península Ibérica en torno a una mesa y nos dedicábamos a “estudiar” la comunicación no verbal: la forma de moverse y colocarse unos junto a otros, el movimiento de las manos, las situaciones de poder que se deducían de la interacción. Aprendíamos así a entender los mecanismos que nos convierten en seres sociales que establecen de forma inconsciente relaciones de dominio, sumisión, respeto… Aquello me ayudó posteriormente a aprender a distanciarme y no implicarme en situaciones difíciles mientras hacía trabajo de campo en el norte de Chile en el año 1994.

El profesor Larrain, con su labor de difusión encomiable e incansable, nos recuerda constantemente el principio rector de su blog: “ Es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que, sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos” (Miguel de Unamuno).

Descargar artículo aquí

jueves, 9 de septiembre de 2010

Camanchaca

Información sobre el fenómeno de la neblina costera, denominada camanchaca, que se produce en unas determinadas zonas de la cordillera costera de la primera región de Chile. Artículo desarrollado en la página: El desierto de Atacama.
La extracción de agua potable de la niebla nos debe hacer reflexionar sobre la necesidad de gestionar y cuidar un recurso que es muy escaso en bastantes lugares del planeta


Fotografía del pequeño huerto que se mantiene gracias a la camanchaca. Foto del paredón que se levanta frente al Atlántico y que permite que se produzca este fenómeno costero.