EL PLACER DE LA CULTURA

lunes, 11 de septiembre de 2023

Dos mosaicos del Museo Arqueológico Nacional procedentes de la colección del marqués de Salamanca

En 1874 el Museo Arqueológico Nacional llegó a un acuerdo con José de Salamanca y Mayol (1811-1883) para adquirir su extraordinaria colección de antigüedades tras unas largas negociaciones. Reunida fundamentalmente en Italia, estaba compuesta por objetos en su mayor parte de la antigüedad clásica, pero los problemas económicos del marqués a partir de 1865 le obligaron a venderla. Afortunadamente, desde 1867 existía el Museo Arqueológico Nacional y, pese a las dificultades, pudo adquirir el conjunto arqueológico reunido por Salamanca e impedir su dispersión, destino que sí sufrió la colección pictórica del marqués.

La Vitrina CERO del museo, espacio destinado a mostrar piezas y temas singulares, que complementan y enriquecen la exposición permanente del MAN, está dedicada, hasta el 8 de octubre, a la colección arqueológica del marqués de Salamanca. En este enlace se puede saber más sobre esta instalación.

Vitrina CERO. José de Salamanca y Mayol, marqués de Salamanca (1811-1883)
Museo Arqueológico Nacional, Madrid

Con motivo de esta pequeña exposición, ATACAMA ha preparado una serie de visitas guiadas organizadas por el museo en las que se analiza la propia Vitrina CERO, así como algunas de las obras expuestas en las salsa de la Hispania romana y de Grecia; asimismo los participantes podrán conocer, ya fuera del Museo, algunos edificios que forman parte de la primera etapa constructiva del marqués en el barrio que acabó llevando su nombre, Para poder participar en estas visitas es necesario inscribirse a través de la web del Museo.

Entre las obras incluidas en el recorrido por el museo se encuentran dos mosaicos romanos procedentes del yacimiento arqueológico de Los Mercados, situado en Durantón (Segovia), como demostró la profesora Mª Rosario Lucas Pellicer. Estas dos obras, junto con otros tres mosaicos fueron arrancados durante una excavación promovida en 1795 por Manuel Godoy y bajo la dirección del gran arquitecto Juan de Villanueva. Los cinco mosaicos se trasladaron e instalaron en al Real Sitio de Aranjuez, concretamente al jardín del Príncipe, hecho que pone de manifiesto la pasión por la antigüedad clásica que se sentía en la corte en aquella época. Allí se colocaron en el interior de la casa del Ermitaño, construcción pintoresca típica de un jardín dieciochesco a la inglesa, hoy desparecida. Ambas piezas fueron restauradas, como ha estudiado el profesor Joaquín Barrio Martín.

Fernando Brambilla. Vista de la casa del Ermitaño en el jardín del Príncipe de Aranjuez. 1832

El marqués de Salamanca compró más de medio siglo después dos de los mosaicos y los trasladó a su Finca de Vista Alegre, por lo que formaron parte de las alrededor de 1.500 piezas de su colección que el Museo Arqueológico Nacional adquirió. Gracias a ello se conservan y podemos disfrutarlos en la exposición permanente, puesto que los otros tres desaparecieron.

Uno de ellos, el mosaico de Medusa, fechado en el siglo III de nuestra era, se encuentra en la sección dedicada a la casa aristocrática romana y concretamente en la parte en la que se refiere al atrium. Una sencilla decoración geométrica enmarca el gorgoneion o máscara de la gorgona Medusa, que protegía a los propietarios de la casa del yacimiento segoviano.

Mosaico romano con cabeza de Medusa. S. III. Caliza
Museo Arqueológico Nacional, Madrid

En el otro se representa al Genio del Año, divinidad doméstica que protege el ciclo de las estaciones y favorece las cosechas, y se fecha a finales del siglo II. Se encuentra en la espectacular sala dedicada a la vida rural en la Hispania romana y representa un busto masculino con un cuerno de la abundancia, mediante el uso de una gran variedad de colores.

Mosaico romano con Genio del Año. Fines del s. II. Caliza y mármol
Museo Arqueológico Nacional, Madrid