EL PLACER DE LA CULTURA

miércoles, 12 de enero de 2011

San Antón y los animales

San Antón o San Antonio Abad nació aproximadamente entre el 250 y el 375 d.c. en el Alto Egipto. Su hagiografía cuenta que se retiró al desierto a los 20 años tras vender todos sus bienes y allí realizó una intensa vida ascética. Su fama atrajo a numerosos discípulos a los que agrupó como ermitaños, llevando una vida de oración y trabajo, por lo que se le considera el fundador del monacato cristiano junto con Pacomio. A pesar de dirigir estas comunidades cristianas, él se fue internando cada vez más en el desierto abandonándose a la vida ascética, ya que para los cristianos de esa época la soledad aportaba la palabra definitiva de Dios a través del Silencio.


Por su gran cercanía a los animales, que incluso le alimentaban, se le considera su patrón. Cuenta la leyenda que curó de la ceguera a unos jabatos y que al ser el cerdo un animal impuro se tomó como símbolo de su lucha contra el pecado y su dominio sobre él, por eso aparece muchas veces representado con un cerdo a sus pies. Igualmente se cuenta que fue alimentado con pan por un pajarillo cuando vivía con otro anacoreta en el desierto (San Pablo Ermitaño), de ahí la costumbre de repartir panes bendecidos durante la celebración de su festividad.

Los animales se asocian en el cristianismo a la santidad ya que ellos no fueron nunca expulsados del paraíso y por tanto si el hombre se entiende con ellos es porque está cerca de Dios.



En cuanto a la significación del ritual que se lleva a cabo en los alrededores de la Iglesia de San Antón el 17 de enero (C/ Hortaleza, 63) esbozaremos aquí un pequeño apunte:

Durante las procesiones la sacralidad inherente al templo sale fuera extendiéndose así también al que observa y participa de la visión del santo, ya sean tanto personas como animales. De esta manera se refuerza el entorno del santuario y su poder puede hacerse extensivo incluso al cosmos (ceremonias de petición de lluvia). Los elementos sagrados de la iglesia sacralizan al mundo.

Otro elemento importante en estas fiestas es el contacto directo con la imagen del santo o la santa; es costumbre pasar un pañuelo, rosario, estampita o besar la imagen. Igualmente es importante conservar una reliquia especialmente bendecida ese día como ocurre durante la festividad de San Antón con el reparto de panecillos. El pan, al ser la materia prima empleada en la Eucaristía es un elemento fundamental en las celebraciones cristianas, así, después de que el sacerdote haya bendecido los panecillos los reparte entre los fieles que lo guardan porque, asegura la tradición, proporciona trabajo a lo largo de todo el año. El agua, como fuente de vida, está presente en todos los rituales por su elemento purificador y por tanto curativo siendo un elemento fundamental durante las celebraciones de la fiesta de San Isidro.

Las procesiones se realizan en muchas ocasiones, como en S. Antón, haciendo círculos alrededor del santuario reforzando así su “radio de acción” y abarcando varias calles del centro de Madrid: Mejía Lequerica, San Mateo, Fuencarral, Hernán Cortés y Hortaleza. Tanto los animales como sus dueños participan del ritual en las famosas “vueltas”.

Los animales bendecidos ese día adquieren el carácter de reliquias después de entrar en contacto con lo sagrado. Es tradicional en Madrid la presencia de un gran cerdo traído por su ganadero para que participe en la fiesta y con su presencia ayude al dueño en su trabajo a lo largo del año.

La fiesta dejó de celebrarse en el año 1967 (tras diversas interrupciones a lo largo de su historia) y no se retomó hasta 1985.

A la derecha vemos el cuadro de Diego Velázquez, pintado entre 1634-1635 y que se conserva en el Museo del Prado: "San Antonio Abad y San Pablo Ermitaño". Se aprecia claramente como ambos santos son alimentados por un cuervo, según se recoge en la Leyenda Dorada, XIV de Jacobo de Vorágine




Descarga aquí un pequeño vídeo: Fiesta de San Antón en Madrid

1 comentario:

marta dijo...

O sea, que el gorrino también estaba considerado un animal impuro entre los primeros cristianos. Curioso...