EL PLACER DE LA CULTURA

domingo, 19 de agosto de 2012

William Blake, un visionario en Caixa Forum

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, la iconografía cristiana fue desapareciendo progresivamente de la historia del arte occidental, al ritmo del proceso secularizador que caracteriza a la sociedad contemporánea. Sin embargo, precisamente la falta de encargos religiosos provocó la aparición de un arte sagrado más íntimo y personal, alejado de la propaganda oficial, que alumbró obras tan fascinantes como la del inclasificable William Blake (1757-1827).

Caixa Forum de Madrid ofrece una magnífica muestra de dibujos, acuarelas, estampas y pinturas del artista y poeta inglés, incomprendido por sus contemporáneos y obsesionado por conseguir una independencia radical. Se trata de un conjunto de obras prestadas por la Tate Britain de Londres que pueden verse en el Paseo del Prado madrileño hasta el 21 de octubre.

Generalmente se emplea el término visionario para definir a este artista, cuyo retrato, realizado por Thomas Philips, abre la exposición. La muestra está organizada en capítulos temáticos en relación con las técnicas y las temáticas de Blake. Se inicia con sus primeros grabados y acuarelas, en los que ya se aprecia su alejamiento de las modas de la época. A continuación la exposición se centra en sus libros proféticos, realizados en el convulso tránsito del siglo XVIII al XIX, en forma de poemas iluminados. Otra sala está dedicada a grandes grabados en color, inspirados en las mitologías personales del artista, en Shakespeare o en la Biblia. Las composiciones del artista inglés, con sus dinámicas figuras que ocupan casi todo el espacio, conmueven y sobrecogen, como en Dios juzgando a Adán o en David sacado de las muchas aguas. Extraordinaria es también la obra llamada He aquí tu madre, un impresionante calvario que ilustra las palabras de Cristo en la cruz, así como las imágenes de Judas o Lucifer.

William Blake. David sacado de las muchas aguas. Inspirado en el Salmo 18

Salmo 18, 16-17

Emergieron los lechos de las aguas,
se mostraron los cimientos del mundo
por tu estruendo, Señor,
por el soplo de tu ira

Desde la atura me asió con su mano,
me sacó de las aguas turbulentas.

Una de las salas de la exposición reúne algunos de los cuadros al temple realizados por Blake, según una técnica marcadamente historicista que el pintor inglés renovó extraordinariamente, lo que no ha impedido que la mayor parte de sus obras hayan llegado a nosotros en mal estado. Enorme fuerza presentan las ilustraciones del Libro de Job, pese a su pequeño formato, con prodigiosos contrastes luminosos; Blake se identificaba con la historia de Job, el hombre que sufre y rechaza la idea de que su sufrimiento se deba a sus propios pecados, lo que le lleva a enfrentarse a Dios. Y no olvidemos que la muestra también recoge imágenes de la Divina Comedia, otro de los textos que fascinaron a Blake.

Es interesante también la segunda parte de la exposición dedicada a los artistas británicos influidos por Blake, comenzando con los jóvenes pintores del grupo Los Antiguos, sus contemporáneos, y siguiendo por los prerrafaelitas y simbolistas. Quizás sólo el último capítulo de la muestra, dedicado a la influencia de Blake en los neorrománticos ingleses del siglo XX, contiene obras cuya relación con el artista visionario está demasiado forzada.

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