EL PLACER DE LA CULTURA

jueves, 30 de junio de 2016

El Monumento a Velázquez en el pórtico central del Museo del Prado

Para conmemorar el III Centenario del nacimiento de Diego Velázquez, la Sociedad Central de Arquitectos y el Círculo de Bellas Artes, promovieron un concurso para erigir un monumento al pintor delante del portico central del Museo del Prado. El vencedor fue Aniceto Marinas, que ya había realizado algunos importantes monumentos conmemorativos en Madrid y en otros lugares de España. La inaguración fue muy solemne, con la presencia de la regente María Cristina y su hijo, el futuro Alfonso XIII, y tuvo lugar el día 14 de junio de 1899.


Se trata de un vaciado en bronce, realizado por Masriera y Campins, fundidores de Barcelona que llevaron a cabo numerosos trabajos en Madrid, a partir del modelado en yeso creado por Marinas. La estatua se caracteriza por un realismo academicista, propio de la escultura pública de la época. Marinas logró una composición global expresiva y al mismo tiempo se recreó en un detallismo minucioso.


Se trata de una figura de cuerpo entero, sedente, con los signos característicos del pintor: la paleta, los pinceles y el tiento, a los que hay que sumar la espada y la capa recogida en el respaldo del asiento, lo que alude a su condición de caballero de Santiago, cuya cruz luce en el pecho. La imagen del pintor es de carácter naturalista, fiel a los retratos que se conservan del artista. Se trata de una instantánea, ya que el pintor se encuentra sentado en su sillón, pero en tensión, en el momento en el que está concentrado en la pincelada que se dispone a dar sobre un invisible lienzo.


Es una escultura pensada para ser vista principalmente de frente, con el magnífico pórtico de Villanueva como telón de fondo, pero si la rodeamos obtendremos otros puntos de vista secundarios que nos permitirán sobre todo recrearnos en los detalles. Su ubicación es excelente, en origen rodeada de una pequeña plantación de césped, y su tamaño muy adecuado para el espacio urbano en el que se encuentra.


El pedestal fue realizado por Vicente Lampérez, arquitecto, restaurador e historiador del arte, personalidad que parece adecuada para la empresa. Es muy sobrio, un gran volumen prismático de piedra de planta rectangular sobre base escalonada, que eleva y resalta el bronce de la estatua. En él aparacen inscritas las fechas del nacimiento y muerte del pintor y en letras yuxtapuestas su apellido, así como una inscripción incisa: LOS / ARTISTAS ESPAÑOLES / POR INICIATIVA DEL / CÍRCULO DE / BELLAS ARTES / 1899.


Fue una época en la que se realizaron por parte de la cultura official de la Restauración Borbónica, numerosas conmemoraciones de grandes personalidades del pasado, tanto de la política como de la cultura, con especial predilección por el Siglo de Oro, sobre todo en Madrid. El primero de estos personajes en ser recordado a través de una estatua pública fue Cervantes, a continuación Murillo y luego, casi a la vez, Calderón de la Barca y Velázquez

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