La relación entre literatura y vida se manifiesta de manera
evidente en la ciudad. Madrid ha sido siempre, sobre todo desde la llegada de
la Corte en 1561, protagonista de muy variadas obras literarias. Escritores de
todo tipo, madrileños de nacimiento o de adopción y viajeros, más o menos
ocasionales, se han sentido atraídos por la ciudad y no han podido resistirse a
trasladar al papel su palpitante vitalidad.
Antonio Machado pertenece al grupo de los madrileños
adoptados. Y es que son muchos los lugares de Madrid ligados a la figura de
Antonio Machado, aunque pocos los recuerdos oficiales de su larga estancia en
la ciudad desde que llegó en 1883 hasta que marchó por última vez al comienzo
de la Guerra Civil: las casas en las que vivió, los centros en los que estudió
o fue profesor, los cafés que frecuentó, los teatros en los que estrenó sus
obras, los periódicos, revistas o editoriales que publicaron sus poemas, etc.
Durante este largo periodo sólo vivió de manera permanente en Madrid entre 1883
y 1896 y entre 1932 y 1936, pero cuando tuvo su residencia en París, Soria,
Baeza o Segovia, Machado visitó la ciudad con mucha frecuencia y estuvo
permanentemente vinculado a ellas por motivos familiares, profesionales y
personales.
Comenzamos un ciclo organizado por la Biblioteca Regional de
Madrid con recorridos biográficos y literarios por el Madrid de Machado,
siguiendo un orden cronológico e incluyendo la lectura de fragmentos de sus
obras. Los títulos de los paseos, extraídos del famoso Autorretrato del autor
sevillano, son los siguientes:
4 de mayo: Mi juventud, veinte años en tierra de Castilla
11 de mayo: Dejar quisiera mi verso, como deja el capitán su
espada
18 de mayo: Converso con el hombre que siempre va conmigo
25 de mayo: Me encontraréis a bordo ligero de equipaje
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