EL PLACER DE LA CULTURA

viernes, 29 de octubre de 2010

Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez primavera

Hoy queremos hacer una pequeña reseña de la película de Kin Ki-duk. Se trata de una producción coreano-alemana estrenada en España en 2004.



El argumento es el siguiente:

Sobre la laguna serena de un profundo valle paradisíaco flota un templo que refugia a un maestro ermitaño y su discípulo. En sus correrías, el Discípulo niño ata al cuerpo de varios animalitos sendas piedras que les impiden desplazarse con facilidad, divirtiéndose con esta agresión a la naturaleza. El Maestro lo castiga, ordenándole que libere a sus víctimas de su peso, pero si alguna de ellas hubiera muerto, él cargaría esa piedra sobre su corazón durante toda su vida. La película narra de qué manera ese niño cumplió el karma que él mismo se había señalado”. Josefina Sartota
(http://www.cineismo.com/criticas/primavera-verano-otono.htm)
 



Nos habla por tanto de la dificultad de crecer, de enfrentar nuestros sentimientos, del ansia de poseer y de la violencia que este sentimiento arrastra. Todo ello a través de unas imágenes muy cuidadas, casi pictóricas, donde el hilo conductor es el silencio y la observación humanas.

Una peli para aprender y gozar





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