EL PLACER DE LA CULTURA

lunes, 10 de septiembre de 2012

El origen de la Plaza de la Independencia de Madrid

Dentro del Sexenio Revolucionario (1868-1874), periodo de importante actividad urbanística en el casco histórico madrileño, destaca la labor de Ángel Fernández de los Ríos, autor de importantes proyectos, aunque realizados sólo de manera parcial. En su obra El futuro Madrid, escrita desde su exilio parisino (1866-1868) y editada por el ayuntamiento popular de Madrid en 1868, planteó soluciones muy interesantes a los problemas de Madrid desde el punto de vista urbano y social, con una perspectiva global de la ciudad. Dentro de las reformas que concibió para el centro histórico de la ciudad, inspiradas en la mayor parte de los casos en París, cabe destacar uno que sí se llevó a cabo cuando Fernández de los Ríos desempeñó el cargo de presidente de la Comisión de Obras del Ayuntamiento revolucionario, entre enero y mayo de 1869: nos referimos a la plaza de Zaragoza, luego llamada de la Independencia.


Retrato de Ángel Fernández de los Ríos, obra de Rufino Casado. Biblioteca Nacional de España.

La Puerta de Alcalá había sido hasta 1860 uno de los accesos, sin duda el más monumental, de una ciudad que hasta entonces se había mantenido encerrada en su cerca histórica del siglo XVII. Una vez derribado el viejo recinto tras la aprobación del Ensanche de Madrid, Fernández de los Ríos tuvo la feliz idea de transformar la Puerta de Alcalá, ya exenta, en un monumento, desprovisto de su función original, al convertirla en el centro de una nueva glorieta.

La plaza de Zaragoza tuvo como modelo la Place de l’Étoile parisina, entorno urbano del Arco de Triunfo napoleónico, rediseñada a expensas del barón Haussmann poco años antes de que Fernández de los Ríos la conociera personalmente. El proyecto madrileño incluía algunas diferencias: los doce ejes de la estrella de París quedaron convertidos en ocho, aunque acabaron siendo sólo seis, los formados por las calles de Alcalá, Salustiano Olózaga, Serrano, Alfonso XII y el paseo hacia el Estanque del Retiro. Las dimensiones de la plaza en el proyecto de Fernández de los Ríos, las mismas que las de plaza parisina, quedaron también sensiblemente reducidas. Además, el autor de El Futuro Madrid propuso dar el nombre de Zaragoza a la plaza, en recuerdo a la defensa de la ciudad durante la Guerra de la Independencia y denominar a las ocho calles de la estrella con nombres de resonancias históricas nacionales: Numancia, Sagunto, Covadonga, Granada, Padilla, Bravo, Maldonado y Lanuza.

La Place de l’Étoile de París, en Google Maps


La Plaza de la Independencia de Madrid, en Google Maps



Pese a las diferencias con el proyecto original, la plaza de la Independencia acabó siendo una de las obras urbanas más espléndidas de todas las realizadas en el Madrid contemporáneo y es una de las realidades de la ciudad que tenemos que agradecer a Fernández de los Ríos.

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