EL PLACER DE LA CULTURA

sábado, 8 de febrero de 2014

Una fuente viajera: de Boadilla al Campo del Moro pasando por Carabanchel


La terraza superior de los jardines del Palacio del infante don Luis de Borbón en Boadilla del Monte fue trazada con un diseño geométrico. Estaba formada por dos cuadros vegetales no simétricos que llenaban el espacio rectangular. Ventura Rodríguez diseñó una fuente, esculpida por Felipe de Castro y Manuel Álvarez, que se ubicó entre los dos cuadros, en una glorieta circular arbolada situada en el centro mismo de la terraza y en el eje del Palacio.

Antonio Ponz en su Viage de España de 1776 la describió, poco antes de que se instalara, de esta manera:

En frente de ésta (la fachada del jardín) se ha de colocar la magnifica fuente de marmol de que estuvo encargado D. Felipe de Castro, y hubiera acabado brevemente, á no haber fallecido; pero está concluyendo la obra su discípulo D. Manuel Alvarez. Consiste en tres tazas principalmente: dentro de la mayor, que es la del suelo, hay tres tritones niños sobre otros tantos pedestales, que en unas conchas reciben el agua, que arrojan por la boca tres delfines de la segunda taza, la qual está sostenida por otros tres tritones agrupados con delfines, que tambien arrojan agua por la boca sobre conchas, que alternan con galápagos en el pedestal. La tercera taza se vé sostenida de tres ninfas, y en el medio hay un niño, que ha de arrojar el agua por la boca hasta grande altura. Todas las expresadas tazas están adornadas de muy buen gusto, y en el reverso de la del medio hay baxos relieves de conchas, delfines, y otras cosas. La invencion, y disposicion de la expresada fuente es del citado D. Ventura Rodriguez, bien que el autor de la escultura fue D. Felipe de Castro.

Vista de los jardines de Boadilla desde la primera planta del Palacio (junio de 2013)

 De la fuente de Ventura Rodríguez sólo queda en el jardín superior, que comenzará su restauración en este año 2014, la estructura metálica interior, triste esqueleto del espléndido monumento. Pero, ¿qué fue del magnífico ornamento de mármol?

Después del exilio del infante y el casi abandono del Palacio, su hija María Teresa y el marido de ésta, Manuel Godoy, regresaron al Palacio, que volvió a quedar deshabitado durante la Guerra de la Independencia.  Tras la marcha de María Teresa a Francia, su hermana e hija menor del infante don Luis, María Luisa, y el esposo de ésta, el duque de San Fernando de Quiroga, vendieron la fuente a Fernando VII, que se la regaló a su mujer, la reina María Cristina de Borbón. La fuente realizó así su primer viaje, desde Boadilla del Monte, a Carabanchel Bajo, ya que la reina mandó instalarla en su posesión de la Quinta de Vista Alegre. Fue seguramente en 1832. Una parte del jardín se diseñó expresamente para recibir esta fuente monumental, que se situó en una placita circular, entre bosquetes, en un recoleto rincón al noroeste de la finca.

Eva Rodríguez Romero cita en su tesis doctoral, El jardín paisajista y las quintas de recreo de los Carabancheles: la posesión de Vista Alegre (publicada por Fundación Universitaria Española, Madrid, 2000), dos referencias documentales que prueban la presencia de la Fuente de las Conchas en Vista Alegre: aparece en el plano de la posesión de 1845 y en el inventario del mismo año que ese encuentra en el Archivo General de Palacio (sec. admva. leg. 1306/4).

Sin embargo, la fuente no permaneció mucho tiempo en el pintoresco jardín de Carabanchel y volvió a ponerse en marcha. En efecto, a mediados del siglo XIX, la hija mayor de María Cristina, la reina Isabel II, decidió ordenar y ajardinar el agreste Parque de Palacio que descendía desde la residencia real hacia el Manzanares, en violenta caída. El arquitecto Narciso Pascual y Colomer se ocupó de la creación del que empezaba a ser conocido como Campo del Moro.

Para dignificar el jardín, tan próximo al Palacio, Pascual y Colomer dispuso en 1847 la colocación de dos fuentes monumentales en el mismo, concretamente en la gran avenida situada en el eje del Palacio. Por Real Orden se trasladaron, una, desde el Jardín de la Isla de la Aranjuez y, otra, desde la Quinta de Vista Alegre: la primera, llamada de los Tritones, se colocó en la glorieta situada más cerca del Palacio y la de las Conchas, se situó más al oeste, en dirección al Manzanares. La de los Tritones era del siglo XVII y la de las Conchas, como hemos dicho, de la segunda mitad del siglo XVIII, pero ambas tienen un aire común, por su material, características formales e iconografía.

 
La Fuente de las Conchas en el Campo del Moro (octubre de 2013)
 
De esta manera, una obra diseñada por el arquitecto de Ciempozuelos, Ventura Rodríguez, se colocaba muy cerca del edificio donde había iniciado su carrera, a las órdenes de Juvara y Sacchetti: el llamado Palacio Nuevo o Palacio Real.

La fuente de las Conchas está íntegramente realizada en mármol blanco y se sitúa en un pilón circular de granito, obra de Pascual y Colomer. Cuenta con un pedestal que sujeta tres tazas circulares, cuyo tamaño va decreciendo a medida que aumenta la altura. En el pilón inferior encontramos tritones niños, hijos de Neptuno y Anfítrite, que tal vez pretenden expresar la esperanza en el futuro del infante; curiosamente don Luis y doña María Teresa de Vallabriga tuvieron tres hijos. Los tritones llevan conchas en sus manos por las que vertían agua.

Detalle de la taza inferior de la Fuente de las Conchas en el Campo del Moro (octubre de 2013)
 

Detalle de un tritón niño de la taza inferior de la misma fuente (octubre de 2013)
 
Más arriba aparecen tres galápagos separados por grandes conchas y tritones adultos con piernas que rematan en cabezas de delfín y que sujetan cestas con frutas. Sin duda son referencias a la prosperidad y la riqueza de la “corte” del infante.
 
 
Detalle de los tritones que sostienen la segunda taza (octubre de 2013)

Por encima se encuentra la segunda taza, decorada por conchas y mariscos y sobre ella tres ninfas, o tal vez las Tres Gracias, apoyadas en el tronco de la fuente, que sujetan con los brazos levantados el tercer vaso, con ornamentación vegetal. El simbolismo del conjunto parece referirse de nuevo a la vida, la fertilidad y la purificación.

 
Detalle de las figuras femeninas que sostienen la tercera taza (octubre de 2013)

 Remata la fuente un tritón niño que sujeta un delfín surtidor, en una nueva alusión acuática y marina y seguramente en referencia a la prosperidad y la juventud. Toda la fuente parece, en definitiva expresar los buenos deseos y la esperanza en un futuro prometedor. Sin embargo, el infante sólo pudo disfrutar de la fuente y del palacio de Boadilla unos años, ya que su hermano Carlos III le envió a un humillante destierro. La itinerancia de la monumental Fuente de las Conchas parece una metáfora del exilio del infante.

 
Detalle del tritón que remata la tercera taza (octubre de 2013)


 

1 comentario:

angeles sanz dijo...

Muy interesante y muy bien contada la historia