EL PLACER DE LA CULTURA

miércoles, 3 de diciembre de 2014

El pequeño infante cardenal y su extraña familia

La renovación política que supuso el ascenso al trono hispánico del primer Borbón, Felipe V, llevó aparejada una renovación pictórica en la Corte y una transformación de la iconografía oficial, en la que los pintores franceses tuvieron un papel muy destacado. Uno de los más importantes fue sin duda Louis Michel van Loo, prestigioso artista, profesor de la Academia de París y reclamado por Felipe V como retratista oficial.
Van Loo pintó a los diferentes miembros de la familia real, pero su obra más destacada es el retrato de grupo que realizó en 1743 y que se encuentra en el Museo del Prado. El pintor francés situó a los diferentes personajes en un escenario grandioso y teatral, con resonancias del gran Veronés y detalles tan venecianos como el de los músicos de la tribuna. La grandilocuente composición, las calidades materiales de las telas, los detalles de los atuendos, están al servicio de la exhibición del poder de la monarquía, pero la situación de los personajes, sus poses y sus miradas, responden también a un estudio psicológico.
Louis Michel Van Loo. La familia de Felipe V. 1743.Museo Nacional del Prado, Madrid
Los personajes están dispuestos en tres grupos. A la izquierda aparecen la infanta María Ana Victoria, que llegaría a ser reina de Portugal y los príncipes de Asturias, es decir Bárbara de Braganza y el futuro Fernando VI. En el centro aparece el rey Felipe V, la reina Isabel de Farnesio y el hijo menor de ambos, el infante y cardenal don Luis; también están don Felipe, segundo hijo de los reyes y duque de Parma, y su esposa Luisa Isabel de Borbón, hija de Luis XV de Francias; en el suelo las infantas María Luisa, hija de los duques de Parma, y María Isabel, hija de los reyes de Nápoles, juegan con un perro. Finalmente, a la derecha del cuadro se encuentran el rey de Nápoles, es decir el futuro Carlos III de España, y su esposa la reina María Amalia de Sajonia; además están María Antonia Fernanda, hija de Felipe V y futura reina de Cerdeña, y María Teresa de Francia, delfina de Francia.

Si nos fijamos en el grupo central, destaca la presencia dominante de la reina Isabel de Farnesio, que apoya su brazo en un cojín que sostiene la corona, símbolo muy evidente de su poder. Junto a ellos se encuentra el infante don Luis, semiescondido detrás de su madre, lo que demuestra un sometimiento a ella, mirando al frente y extendiendo la mano elegantemente, detalle que contribuye a crear profundidad. Va vestido de rojo y lleva la banda azul de la Orden del Saint-Esprit, como los demás varones que aparecen en el retrato colectivo.
Louis Michel Van Loo. La familia de Felipe V (detalle). 1743.Museo Nacional del Prado, Madrid
Cuando Van Loo realizó el retrato familiar, el infante don Luis tenía 16 años y era desde los 8 arzobispo de Toledo, desde los 10 cardenal y desde los 14 arzobispo de Sevilla. Van Loo ya había realizado un retrato al infante-cardenal poco después de su nombramiento.
Louis Michel Van Loo. El infante-cardenal Luis Antonio de Borbón y Farnesio. C 1737.Museo Nacional del Prado, Madrid
 La atrevida y decida acción de su madre condujo a don Luis a esta fulgurante carrera eclesiástica, ya que se encontraba en el quinto puesto en la línea de sucesión al trono. Era, por tanto, cuando se pintó el cuadro, un joven muy rico y poderoso, pues sus cargos le proporcionaban grandes beneficios y privilegios, aunque no estaba entre sus planes el sacerdocio, lo que finalmente le haría renunciar a sus cargos religiosos y quebrar así los planes de su madre. Todavía en 1843 no se podía adivinar el enfrentamiento entre los hermanos Carlos y Luis, muy separados en el cuadro de Van Loo.

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