Hay costumbres navideñas que nos han
llegado después de irse transmitiendo de generación en generación, pero otras
muchas se han sumido en el olvido. Es el caso de la celebración de la Noche de
Reyes que se realizaba en Madrid a mediados del siglo XIX y que Pascual Madoz
nos transmite a través de su indispensable Diccionario
geografico-estadistico-historico de España y sus posesiones de ultramar,
publicado entre 1846 y 1850:
Invocando la frase de esperar á los reyes, se ve en la noche de la
víspera de esta festividad una multitud de personas con hachones de viento,
cencerros y otros objetos propios para hacer ruido, recorrer las calles con
gritería y algazara, llevando como héroe paciente de la fiesta algun incauto
cargado con una escalera y espuerta, á quien hacen creer, que los reyes magos,
que llegan aquella noche á adorar al Niño Dios, vienen repartiendo monedas de
oro y plata en abundancia. Llegados á un estremo de la pobl., y hecha la
pantomima de subirse en la escalera para ver si se les descubre con el auxilio
de los hachones encendidos, sale de entre la turba una voz que asegura vienen
los reyes por la puerta opuesta dé la pobl., y á ella se encaminan después, y
luego á otra y otras, hasta que rendidos de cansancio suelen ir á parar á
alguna taberna donde concluye la fiesta mas ó menos entrada la noche. Aquí
repetiriamos lo que anteriormente hemos manifestado con respecto al entierro de
la sardina, porque parece ageno de un pueblo culto y de los adelantos del siglo
ver reproducidas escenas, propias solo de los tiempos del oscurantismo. (t.
X, p. 107)
José Castelaro y Perera. La noche de Reyes en la Puerta del Sol. 1839. Museo de Historia, Madrid |
Además existen algunos
testimonios gráficos de esta costumbre, como sendos cuadros de José Castelaro y
Eugenio Lucas Velázquez, que parecen ilustrar el texto de Madoz. El primero,
pintor decimonónico autor de cuadros de historia, costumbristas y religiosos,
nos muestra a un dinámico grupo en la Puerta del Sol, con el personaje que
porta la escalera como eje de la composición. A la derecha se ve la Real Casa
de Correos y a la izquierda la Iglesia del Buen Suceso, con su reloj iluminado
para la festividad, en una Puerta del Sol anterior a la reforma de mediados de
siglo.
Eugenio Lucas Velázquez. La hoguera de la noche de San Juan. C. 1850. Museo Cerralbo, Madrid |
El cuadro de Eugenio Lucas Velázquez, de factura más
empastada y suelta, como es propio de este pintor romántico y costumbrista, es
muy posiblemente también, pese al título atribuido, una escena de la Noche de
Reyes madrileña, que sucede tal vez bajo uno de los arcos de acceso a la Plaza
Mayor. Las figuras se disponen en círculo en torno al personaje subido a la
escalera, que es el foco del luz del cuadro, en torno al cual todo se diluye en
la oscuridad.
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