Muy cerca de la Plaza de Toros de las Ventas, en un sector actualmente
delimitado por las calles Ruiz Perelló, Cardenal Belluga, Roma, Cartagena, Francisco
Navacerrada y Campanar y la avenida de los Toreros, subsisten algunas edificaciones de una colonia
residencial centenaria: El Madrid Moderno. Fue promovida en torno a 1890 por el
abogado y político Mariano Santos Pinela, propietario de los terrenos, con la
dirección del arquitecto Julián Marín.
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Hoteles que subsisten al final de la calle Roma |
Se comenzaron a construir más de 60 viviendas unifamiliares adosadas, que
seguían el modelo ideado por el arquitecto Mariano Belmás, colaborador de
Arturo Soria en la Ciudad Lineal. Pero el Ayuntamiento de Madrid detuvo las
obras en 1891 porque carecían de la preceptiva licencia. Después de dos años de
conflictos administrativos, un nuevo propietario adquirió la promoción y la
amplió a casi 100 hotelitos. Se trata de Francisco Navacerrada, que da nombre a
una de las calles de la colonia, y que la bautizó con la denominación de El
Madrid Moderno.
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Casas de la casa Francisco Navacerrada
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Mauricio Martínez Calonge firmó en 1894 el proyecto arquitectónico que dio
finalización a los trabajos. Los edificios, de arquitectura sencilla pero
digna, estaban destinados a personas de clases medias y se concebían como
segunda residencia para días festivos y vacaciones. También se creó un espacio
recreativo, llamado Parque Rusia, con un salón neoárabe erigido por Mariano
Belmás y una montaña rusa. El barrio disponía de buenos equipamientos e
instalaciones y poco a poco las casas fueron siendo adquiridas por una
burguesía media alta, a la que en principio no estaban destinadas.
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Detalle del Plano de Madrid, de Facundo Cañada
(1900)
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Las casas contaban con tres alturas: sótano, bajo y principal. La mayor
parte tenían planta en forma de L en torno a un patio interior, pero existían
otros modelos. Sus fachadas estaban retranqueadas, excepto los pintorescos
miradores de madera acristalados sobre las entradas que servían de soportales.
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Hotelitos de la calle Francisco Navacerrada |
Las edificaciones de la primera fase de construcción, obra de Julián Marín,
presentaban un estilo que podemos calificar de neomudéjar, con ladrillos de dos
colores y decoración cerámica. Agrupadas en hileras, se remataban en las
esquinas con pintorescos torreones circulares, como el que se conserva en el
encuentro de las calles Castelar y Cardenal Belluga.
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Hotelito de estilo “neomudéjar” en la calle Francisco Navacerrada |
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Construcción en la esquina de las calles Castelar y Cardenal Belluga |
En una promoción posterior, ya a principios del siglo XX, el arquitecto
Valentín Roca, autor de numerosos edificios en el Madrid de la época, dotó a
los hoteles de paneles decorativos con motivos vegetales y vistosos chapiteles
coronando los capiteles, con una estética próxima al modernismo. También otros
muchos importantes arquitectos de la época intervinieron en El Madrid Moderno
junto a Roca e incluso posteriormente se siguieron levantando nuevas casitas
adosadas, hoteles aislados e incluso edificios plurifamiliares hasta los años
30 del siglo pasado.
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Casitas de estilo “modernista” en la calle Roma |
Actualmente son muy pocos los edificios de la antigua colonia que siguen en
pie, y algunos de ellos están a punto de ser derribados.
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Casa en el nº 3 de la calle Francisco Navacerrada |
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Casa en el nº 30 en la calle Roma |
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Casa en el nº 14 de la calle Roma |
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