EL PLACER DE LA CULTURA

miércoles, 8 de agosto de 2018

Los desterrados de agosto


Benito Pérez Galdós dejó escrito en su novela La de Bringas un jugoso comentario sobre Madrid en agosto. Sin embargo, el escritor canario solía pasar los veranos lejos de la capital, sobre todo en Santander. La novela, publicada en 1884, revive los meses previos a la llamada Gloriosa Revolución de septiembre de 1868 a través de la historia cotidiana del matrimonio Bringas. Cuando el desarrollo de la trama llega al mes de agosto el narrador señala lo siguiente:

Deslizábanse después de este día, con lentitud tediosa, los del mes de Agosto, el mes en que Madrid no es Madrid, sino una sartén solitaria. En aquellos tiempos no había más teatro de verano que el circo de Price, con sus insufribles caballitos y sus clows que hacían todas las noches las mismas gracias. El histórico Prado era el único sitio de solaz, y en su penumbra los grupos amorosos y las tertulias pasaban el tiempo en conversaciones más o menos aburridas, defendiéndose del calor con los abanicazos y los sorbos de agua fresca. Los madrileños que pasan el verano en la Villa son los verdaderos desterrados, los proscritos, y su único consuelo es decir que beben la mejor agua del mundo.


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