La penosa
situación en la que queda Maxi cuando lo abandona Fortunata mueve a su hermano
Juan Pablo a buscar alguna solución para paliar su depresión. Entre ellas se
encuentra la llamada “ducha escocesa”, mediante la cual el paciente recibe aguas
mineromedicinales con presión alternando temperatura caliente y fria, lo que
genera un efecto estimulante. Es una de las muchas prácticas que se extendieron
a lo largo del siglo XIX, y especialmente en el ultimo tercio, con baños y
duchas de aguas mineralizadas.
Situación
del Balneario de San Felipe Neri en el Plano de Madrid, de Ibáñez de
Ibero, 1874
Maxi recibió el
tratamiento en el Balneario de San Felipe Neri, que estaba situado en el nº 4
de la calle de las Hileras, un establecimiento especializado en baños
terapéuticos con aguas minerales. Había sido abierto en 1858 por los doctores Joaquin
Delhom, Manuel Arnús y Felix Borrell, de la Sociedad Hidrológica Médica de
París y aprovechaba al parecer las aguas subterráneas de la Plaza Mayor. Ofrecía
diferentes técnicas hidropáticas y consultas médicas y baños de vapor a
domicilio. Tenía también entrada por el nº 3 de la calle de Bordadores.
Balneario
de San Felipe Neri. Un ángulo de la sala de duchas. Ca. 1930. Tarjeta postal
Museo
de Historia de Madrid
El texto que se
refiere a este establecimiento se encuentra en la Parte cuarta, Capítulo III,
VIII. No tiene desperdicio:
Como antes se ha dicho, a los pocos días de la
desaparición de su mujer, Maxi empezó a echarla de menos, mostrándose receloso,
y apeteciendo su compañía con cierta mimosidad impertinente que ponía furiosa a
doña Lupe. Juan Pablo y ella disertaron largamente sobre lo que se debía hacer,
y por fin el primogénito dijo que intentaría aplicar a su hermano un buen
sistema terapéutico, antes de recurrir al extremo de encerrarle en un
manicomio. No se habían probado las duchas, ni el sacarle de paseo al campo, ni
el bromuro de sodio, que estaba dando tan buen resultado contra la
peri-encefalitis difusa y contra la meningo-encefalitis, etc... y siguió
echando términos de medicina por aquella boca, pues entonces le daba por leer
libros de esta ciencia, y con una idea tomada de aquí y otra de allá hacía unos
pistos que eran lo que había que ver.
Dicho y hecho. Todas las mañanas iba Juan Pablo a
buscar a su hermano, y unas veces engañado, otras casi a la fuerza, le llevaba
a San Felipe Neri, y allí le arreaba una ducha escocesa capaz de resucitar a un
muerto.
Edificio que se
alza actualmente en el solar del antiguo Balneario de San Felipe Neri
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