EL PLACER DE LA CULTURA

lunes, 20 de mayo de 2019

Remedios acuáticos para el mal de amores en el siglo XIX: el Balneario de San Felipe Neri en Fortunata y Jacinta

Fortunata y Jacinta es un enciclopédico documento sobre el Madrid del Sexenio Revolucionario. En la novela aparecen situaciones, personajes, costumbres, mentalidades, escenarios y acontecimientos que permiten sumergirse al lector en una época fascinante y remota.

La penosa situación en la que queda Maxi cuando lo abandona Fortunata mueve a su hermano Juan Pablo a buscar alguna solución para paliar su depresión. Entre ellas se encuentra la llamada “ducha escocesa”, mediante la cual el paciente recibe aguas mineromedicinales con presión alternando temperatura caliente y fria, lo que genera un efecto estimulante. Es una de las muchas prácticas que se extendieron a lo largo del siglo XIX, y especialmente en el ultimo tercio, con baños y duchas de aguas mineralizadas.

Situación del Balneario de San Felipe Neri en el Plano de Madrid, de Ibáñez de Ibero, 1874

Maxi recibió el tratamiento en el Balneario de San Felipe Neri, que estaba situado en el nº 4 de la calle de las Hileras, un establecimiento especializado en baños terapéuticos con aguas minerales. Había sido abierto en 1858 por los doctores Joaquin Delhom, Manuel Arnús y Felix Borrell, de la Sociedad Hidrológica Médica de París y aprovechaba al parecer las aguas subterráneas de la Plaza Mayor. Ofrecía diferentes técnicas hidropáticas y consultas médicas y baños de vapor a domicilio. Tenía también entrada por el nº 3 de la calle de Bordadores.

Balneario de San Felipe Neri. Un ángulo de la sala de duchas. Ca. 1930. Tarjeta postal
Museo de Historia de Madrid

El texto que se refiere a este establecimiento se encuentra en la Parte cuarta, Capítulo III, VIII. No tiene desperdicio:

Como antes se ha dicho, a los pocos días de la desaparición de su mujer, Maxi empezó a echarla de menos, mostrándose receloso, y apeteciendo su compañía con cierta mimosidad impertinente que ponía furiosa a doña Lupe. Juan Pablo y ella disertaron largamente sobre lo que se debía hacer, y por fin el primogénito dijo que intentaría aplicar a su hermano un buen sistema terapéutico, antes de recurrir al extremo de encerrarle en un manicomio. No se habían probado las duchas, ni el sacarle de paseo al campo, ni el bromuro de sodio, que estaba dando tan buen resultado contra la peri-encefalitis difusa y contra la meningo-encefalitis, etc... y siguió echando términos de medicina por aquella boca, pues entonces le daba por leer libros de esta ciencia, y con una idea tomada de aquí y otra de allá hacía unos pistos que eran lo que había que ver.
Dicho y hecho. Todas las mañanas iba Juan Pablo a buscar a su hermano, y unas veces engañado, otras casi a la fuerza, le llevaba a San Felipe Neri, y allí le arreaba una ducha escocesa capaz de resucitar a un muerto.

Edificio que se alza actualmente en el solar del antiguo Balneario de San Felipe Neri




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