EL PLACER DE LA CULTURA

viernes, 29 de noviembre de 2024

Convocatoria para la presentación del libro Barrio de Justicia

El próximo miércoles 4 de diciembre se presentará en la librería Tierra de Fuego el libro Barrio de Justicia, de Francisco Juez, publicado por la editorial Temporae.



lunes, 30 de septiembre de 2024

Una mirada artística sobre el desarraigo de las personas inmigrantes

Entre las muchas capacidades del arte se encuentra la de documentar, con su singular lenguaje, la realidad histórica. Fenómenos sociales que conocemos por nuestra vivencia cotidiana o a través de los medios de comunicación, cobran una especial relevancia cuando el arte los hace suyos. Es lo que sucede con las pinturas del proyecto “Desarraigos” de Agustín Benito Oterino (Madrid, 1965).
Agustín Benito Oterino. S/t. Óleo sobre tela, 1,5 x 1,5 m

Los óleos que constituyen este trabajo, autónomos o en forma de tríptico, nos muestran al ser humano en el paisaje de su entorno originario o en un nuevo entorno de desarraigo. También aparecen figuras aisladas, personas en su soledad primordial. Las figuras en los paisajes están construidas por pinceladas vigorosas y dinámicas, gobernadas por contornos nítidos y emergen de fondos de estructuras geométricas y colores extendidos y casi planos; sólo el agua comparte carácter con las figuras. En los retratos, los rostros o las figuras de cuerpo entero ocupan casi toda la superficie del cuadro, con fondos que no les restan un ápice de protagonismo. Y la luz es un factor expresivo determinante en todos los óleos.

Agustín Benito Oterino. Boceto. Óleo sobre tela, 40 x 30 cm

El proyecto “Desarraigos”, presentado en 2015, sigue plenamente vigente, ya que los hechos que provocaron el proceso creativo continúan de actualidad. Agustín concibió el programa pictórico a partir de un trabajo que realizó dentro de una investigación de la Facultad de Filología de la Universidad Nebrija de Madrid. Se trataba de observar y grabar una serie de intervenciones en las que un inmigrante realizaba algún tipo de gestión, dentro de su vida cotidiana, para, posteriormente, realizar una transcripción de las mismas incluyendo los elementos contextuales y paratextuales. El objetivo era elaborar un conjunto de material didáctico, con la finalidad  de utilizarlo como soporte teórico, para poner en marcha unos cursos de español.

Agustín Benito Oterino. Tríptico V

Las dificultades de las personas estudiadas, tanto lingüísticas, como laborales y económicas y su situación como inmigrantes, alejados de su entorno familiar y cultural, movieron a Agustín a emprender un proyecto artístico. La tercera acepción de la palabra “desarraigar” en el Diccionario de la RAE la define de este modo: “Separar a alguien del lugar o medio donde se ha criado, o cortar los vínculos afectivos que tiene con ellos”. Y así surgió “Desarraigo”, un trabajo que engloba, no sólo las pinturas, sino también elementos multimedia, como la voz y la escritura arropando a las primeras. Siempre con el objetivo de mover al espectador a la reflexión y a la meditación sobre la actualidad de las personas inmigrantes y poniendo el acento en su situación de desarraigo. 

Agustín Benito Oterino. S/t. Óleo sobre tela, 1,5 x 1,5 m


domingo, 18 de agosto de 2024

Esplendor tardogótico en Castilla: el tríptico de la Epifanía de la colegiata de Covarrubias

 La bella localidad burgalesa de Covarrubias, situada a orillas del Arlanza, fue pieza clave en el origen del reino de Castilla y en otras épocas posteriores. Su rico patrimonio da buena fe de ello. Entre sus edificios sobresale la colegiata de San Cosme y San Damián, construida en la segunda mitad del siglo XV sobre un edificio anterior, del que se conservan algunas partes.

Fachada de la colegiata de Covarrubias. Llama poderosamente la atención su rosetón calado. 

Entre los tesoros que se custodian en la colegiata destaca el tríptico de la Epifanía, una obra del gótico tardío que combina la talla de madera dorada y policromada en la tabla central con la pintura al óleo en las laterales. Fue restaurada en la primera década del presente siglo por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León y su estado de conservación es excelente.

Tríptico de la Epifanía de la colegiata de Covarubias

No se ha podido poner en relación con la obra ningún documento que permita datarla con precisión o atribuirla a algún maestro concreto, lo que ha dado pie a numerosas especulaciones. Las tallas de la tabla central se han puesto en relación con otras esculturas, lo que ha permitido pensar en un gran maestro, posiblemente de origen alemán o flamenco, activo en Castilla a finales del siglo XV y principios del XVI y conocido por la historiografía como Maestro de Covarrubias. Dicho artista seguramente tuvo relación con el famoso Gil de Siloé, procedente también de la zona del Rhin. Las pinturas laterales son obra de un artista hispano-flamenco, posiblemente Diego de la Cruz.

Tabla central del tríptico

Las figuras de la tabla central, enmarcadas en una caja rectangular de 235 x 192 cm, coronada por tracerías doradas, son prácticamente de bulto redondo, aunque la composición está pensada para ser vista de manera frontal. Las seis impresionantes esculturas son casi de tamaño natural; su estilización, la expresiva solemnidad que transmiten, la variedad en los rostros, en el tratamiento de los cabellos o en los pliegues de los ropajes y el detallismo inusitado de su tratamiento son característicos de esta tabla central. Para la composición se han señalado precedentes flamencos tanto en pinturas como en grabados. La Virgen y el Niño están en el centro, con San José en segundo plano. Los magos manifiestan en sus rasgos tres edades y tres orígenes geográficos distintos, para incidir en la universalidad del mensaje salvador de Jesús; destaca el lujo de sus atuendos y de los presentes que llevan al Niño. Las figuras están delante de un fondo que recrea un muro de sillería con ventanales góticos.

Detalle de la tabla central

En las pinturas se representan con gran riqueza de color tres escenas de la vida de Cristo: la Natividad, el Bautismo, la Transfiguración. El cuarto óleo está dedicado a los santos Cosme y Damián, patronos de Covarrubias, y al donante de la obra, perteneciente a la familia García de Covarrubias. De hecho, el tríptico estuvo originalmente instalado en la capilla de los Santos Reyes Magos, que pertenecía a dicho linaje. Esta capilla es la más próxima al presbiterio del lado de la epístola y conserva los monumentos funerarios originales bajo arcosolio.

Cristo atado a la columna, en una de las puertas exteriores del tríptico

Aunque actualmente el tríptico se expone en una sala del museo de la colegiata con sus puertas abiertas, en otras épocas estaba habitualmente cerrado y sólo en días especiales se podía ver su magnífico interior. Las dos pinturas exteriores están dedicadas a la Magdalena, en grisalla, y a Cristo atado a la columna, con color, pero en la restauración de 2007-2008 pudo descubrirse que originalmente se había pintado un tema más habitual, el de la Anunciación, que luego fue transformado.



lunes, 29 de abril de 2024

Convivium, exposición sobre la dieta mediterránea en el Museo Arqueológico Nacional

La Unesco incluyó en 2013 la dieta mediterránea en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en virtud de la Convención de 2003 para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. Se trata de una rica y compleja manifestación cultural, fruto de milenios de evolución que comprende, no sólo el mero acto de comer, sino también los conocimientos y técnicas de obtención y elaboración de alimentos, las formas de transporte, almacenamiento y comercio de los productos, las prácticas tradicionales, sociales, simbólicas y rituales de compartir la comida y de comer juntos y los valores de hospitalidad, de vecindad, de amistad, de diálogo y de cohesión familiar y social.

El Museo Arqueológico Nacional ha inaugurado el 29 de abril una exposición dedicada a la dieta mediterránea que estará abierta hasta el 1 de septiembre. Su título es CONVIVIUM. Arqueología de la dieta mediterránea y se inspira en un texto de Cicerón:

Y no medía el deleite de estas comidas tanto por los placeres del cuerpo como por el encuentro y la charla con los amigos. Pues nuestros antepasados hicieron bien en llamar convivium a las reuniones de amigos para comer, porque suponía una unidad de vida, y lo hicieron mejor que los griegos, que a esto mismo llaman “bebida conjunta” o “cena conjunta”, de manera que en esta clase de reuniones parecen considerar como lo más importante lo que en realidad lo es menos.

(Cicerón, De Senectute, XIII, 45, trad. N. Fidalgo Díaz, en Ed. Triacastela)

Se podrá visitar con entrada gratuita durante el horario de apertura del Museo, el cual ha organizado visitas guiadas, que realizará Atacama, además de otras muchas actividades que se pueden consultar en la web del MAN.


domingo, 31 de marzo de 2024

La pila bautismal de Santo Domingo en la basílica de Atocha

Santo Domingo de Guzmán fundó en 1218 en terreno extramuros de Madrid el monasterio de Santo Domingo, que alcanzó un gran esplendor en los siglos siguientes, vinculado primero a la corona de Castilla y luego a los Habsburgo. Pero durante la Gloriosa Revolución el convento fue derribado y en su solar se construyeron edificios de viviendas y se amplió la cuesta de Santo Domingo. Las monjas se trasladaron al barrio de Salamanca, un periplo del centro al nuevo ensanche que realizaron numerosas comunidades religiosas en el siglo XIX. El nuevo monasterio de Santo Domingo el Real se inauguró en 1882 en la calle Claudio Coello.

A principios de este año 2024 las pocas monjas que habitaban el convento se han visto obligadas a abandonarlo después de casi 150 años para trasladarse al monasterio del mismo nombre en Segovia porque la falta de vocaciones había reducido su número en demasía. Han dejado en Madrid algunos de los tesoros patrimoniales que las religiosas habían conservado durante siglos, como la pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán o una escultura del santo tallada en madera en el siglo XVIII por Luis Salvador Carmona. Las han depositado en la basílica de Atocha, atendida por monjes dominicos del vecino convento. Concretamente ambas, pila y escultura, se han colocado en la capilla del lado del evangelio de la iglesia, previamente acondicionada.

Capilla de Santo Domingo de Guzmán en la basílica de Nuestra Señora de Atocha

La pila es, según la tradición, en la que recibió bautismo el santo en su localidad natal de Caleruega, en la provincia de Burgos. La leyenda dice que cuando fue bautizado apareció un milagroso fulgor sobre su cabeza, motivo que forma parte de la iconografía del santo. Cuando Santo Domingo fue canonizado, el rey Alfonso X de Castilla y de León ordenó que la pila se trasladara al monasterio dominico de Caleruega, donde pasó a ser venerado como una reliquia.

Pila de Santo Domingo de Guzmán en la capilla

En 1605 el rey Felipe III ordenó su traslado a Valladolid para bautizar en ella al príncipe heredero, el futuro Felipe IV. La corte se encontraba allí desde 1601, pero cuando regresó a Madrid en 1606, la pila marchó también a la villa, concretamente al citado monasterio de Santo Domingo. Desde entonces, todos los herederos de la corona, excepto los nacidos fuera de España, así como la mayoría de infantes e infantas han recibido las aguas del bautismo en ella, previo traslado temporal al Alcázar y luego al Palacio Real de la pila. Después de recibir el sacramento, la tradición determina que los pequeños han de ser ofrecidos a la Virgen de Atocha. 

Pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán

La pila es de piedra caliza blanca, pero está recubierta con una funda plateada con adornos dorados. Se ha colocado sobre una columna de granito del siglo XVII, que es uno de los escasísimos restos que quedan de la antigua basílica de Atocha. Seguirá a disposición de la familia real para continuar con la tradición.


miércoles, 28 de febrero de 2024

Los primeros estudios fotográficos de Madrid

La Biblioteca Regional ha encargado a Atacama un itinerario por el centro de Madrid en relación con la exposición Un retrato romántico. La carte de visite, que puede verse en su sede de la calle Ramírez de Prado hasta el 21 de abril. En el paseo los participantes podrán conocer las localizaciones de los estudios de los pioneros del retrato fotográfico, que trabajaron en la capital aproximadamente desde 1858 hasta 1865.


El recorrido comienza en Pontejos, donde recordamos a André Adolphe Eugène Disdéri (1819-1889), iniciador del formato que permitía la impresión de hasta ocho retratos en miniatura en el mismo negativo. A través del Madrid isabelino ubicamos los estudios de Charles Clifford (1820-1863), Ángel Alonso Martínez (1825-1868), Eusebio Juliá (1826-1895), Pedro Martínez de Hebert (1819-1891) y Jean Laurent (1816-1886) entre otros muchos fotógrafos.

Estudio de Laurent (y luego de Lacoste) en el nº 39 de la carrera de San Jerónimo

Los itinerarios se realizarán en las siguientes fechas:

Miércoles, 21 de febrero de 2024 de 17:00 a 19:00
Jueves, 22 de febrero de 2024 de 11:00 a 13:00
Miércoles, 13 de marzo de 2024 de 17:00 a 19:00
Jueves, 14 de marzo de 2024 de 11:00 a 13:00
Miércoles, 20 de marzo de 2024 de 17:00 a 19:00
Jueves, 21 de marzo de 2024 de 11:00 a 13:00
Miércoles, 17 de abril de 2024 de 17:00 a 19:00
Jueves, 18 de abril de 2024 de 11:00 a 13:00

Inscripción y más información en el Portal del Lector.

lunes, 29 de enero de 2024

La casa de Mariano José de Larra en Corella (Navarra)

Entre 1822 y 1823 el madrileño Mariano José de Larra vivió durante casi un año en una localidad del sur de Navarra, Corella, situada en la fértil comarca de La Ribera. Con casi 8.000 habitantes, el municipio se muestra fuerte frente a los desafíos que debe afrontar la España rural del siglo XXI. No obstante, su rico patrimonio arquitectónico nos remite a épocas pasadas en las que Corella alcanzó un gran esplendor económico y gozó de un mayor protagonismo. Sus iglesias barrocas y sus casas señoriales le otorgan monumentalidad a esta ciudad que llegó a acoger la Corte de Felipe V por unos meses en 1711 y por unos días en 1719.

Subida hacia la parroquia de Nuestra Señora del Rosario.
Fotografía de Francisco Juez. 22/10/2023

Un siglo después, un médico afrancesado que había ingresado en el ejército napoleónico y había acabado en el exilio en París, logró regresar a España como galeno del infante Francisco de Paula, Era Mariano de Larra, padre del famoso escritor casi del mismo nombre, que se instaló con su familia en Madrid en 1818 y estudió con los escolapios de la calle Hortaleza. Pero Mariano padre cesó como médico del infante a finales de 1821 o principios de 1822 y se trasladó por un breve periodo a Corella para ejercer su profesión, posiblemente hasta el verano de 1823, cuando el Trienio Liberal había concluido. 

Casa de los Arteta y parroquia de San Miguel, situadas enfrente de la casa de Larra.
 Fotografía de Francisco Juez. 22/10/2023

No sabemos mucho sobre la vida de Mariano José, educado entre París y Madrid, en el pueblo de La Ribera navarra. Llegó allí con 13 años recién cumplidos y, aunque no cursó estudios, pudo disponer de la buena biblioteca familiar para continuar con su formación. Mariano padre renunció a su puesto en Corella y ocupó la plaza de Cáceres y Mariano José pudo volver a estudiar, esta vez en el colegio Imperial de Madrid, donde se quedó a vivir.

Casa de Larra en Corella. Fotografía de Francisco Juez. 22/10/2023

Sigue en pie la casa que habitó el escritor con su familia en Corella entre las calles del Santísimo y San Juan, frente a la monumental iglesia de San Miguel. El edificio, con planta baja, principal, segunda y altillo, está señalado por una placa en la que se recuerda la estancia del gran escritor en la localidad. En la misma fachada se encuentra un escudo del siglo XVII perteneciente a los Sanz, uno de los linajes nobiliarios de Corella,