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domingo, 18 de agosto de 2024

Esplendor tardogótico en Castilla: el tríptico de la Epifanía de la colegiata de Covarrubias

 La bella localidad burgalesa de Covarrubias, situada a orillas del Arlanza, fue pieza clave en el origen del reino de Castilla y en otras épocas posteriores. Su rico patrimonio da buena fe de ello. Entre sus edificios sobresale la colegiata de San Cosme y San Damián, construida en la segunda mitad del siglo XV sobre un edificio anterior, del que se conservan algunas partes.

Fachada de la colegiata de Covarrubias. Llama poderosamente la atención su rosetón calado. 

Entre los tesoros que se custodian en la colegiata destaca el tríptico de la Epifanía, una obra del gótico tardío que combina la talla de madera dorada y policromada en la tabla central con la pintura al óleo en las laterales. Fue restaurada en la primera década del presente siglo por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León y su estado de conservación es excelente.

Tríptico de la Epifanía de la colegiata de Covarubias

No se ha podido poner en relación con la obra ningún documento que permita datarla con precisión o atribuirla a algún maestro concreto, lo que ha dado pie a numerosas especulaciones. Las tallas de la tabla central se han puesto en relación con otras esculturas, lo que ha permitido pensar en un gran maestro, posiblemente de origen alemán o flamenco, activo en Castilla a finales del siglo XV y principios del XVI y conocido por la historiografía como Maestro de Covarrubias. Dicho artista seguramente tuvo relación con el famoso Gil de Siloé, procedente también de la zona del Rhin. Las pinturas laterales son obra de un artista hispano-flamenco, posiblemente Diego de la Cruz.

Tabla central del tríptico

Las figuras de la tabla central, enmarcadas en una caja rectangular de 235 x 192 cm, coronada por tracerías doradas, son prácticamente de bulto redondo, aunque la composición está pensada para ser vista de manera frontal. Las seis impresionantes esculturas son casi de tamaño natural; su estilización, la expresiva solemnidad que transmiten, la variedad en los rostros, en el tratamiento de los cabellos o en los pliegues de los ropajes y el detallismo inusitado de su tratamiento son característicos de esta tabla central. Para la composición se han señalado precedentes flamencos tanto en pinturas como en grabados. La Virgen y el Niño están en el centro, con San José en segundo plano. Los magos manifiestan en sus rasgos tres edades y tres orígenes geográficos distintos, para incidir en la universalidad del mensaje salvador de Jesús; destaca el lujo de sus atuendos y de los presentes que llevan al Niño. Las figuras están delante de un fondo que recrea un muro de sillería con ventanales góticos.

Detalle de la tabla central

En las pinturas se representan con gran riqueza de color tres escenas de la vida de Cristo: la Natividad, el Bautismo, la Transfiguración. El cuarto óleo está dedicado a los santos Cosme y Damián, patronos de Covarrubias, y al donante de la obra, perteneciente a la familia García de Covarrubias. De hecho, el tríptico estuvo originalmente instalado en la capilla de los Santos Reyes Magos, que pertenecía a dicho linaje. Esta capilla es la más próxima al presbiterio del lado de la epístola y conserva los monumentos funerarios originales bajo arcosolio.

Cristo atado a la columna, en una de las puertas exteriores del tríptico

Aunque actualmente el tríptico se expone en una sala del museo de la colegiata con sus puertas abiertas, en otras épocas estaba habitualmente cerrado y sólo en días especiales se podía ver su magnífico interior. Las dos pinturas exteriores están dedicadas a la Magdalena, en grisalla, y a Cristo atado a la columna, con color, pero en la restauración de 2007-2008 pudo descubrirse que originalmente se había pintado un tema más habitual, el de la Anunciación, que luego fue transformado.



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