EL PLACER DE LA CULTURA

sábado, 26 de marzo de 2011

El Capricho de la Duquesa de Osuna en el diccionario de Madoz

Pascual Madoz, una de las figuras políticas del siglo XIX español, gobernador, diputado, presidente de las Cortes y ministro de Hacienda, publicó en Madrid entre 1846 y 1850 los 16 volúmenes del indispensable Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Esta obra magna, que dirigió Madoz y en la que participaron numerosos colaboradores, es fundamental para conocer aspectos geográficos, históricos, artísticos, arqueológicos y antropológicos de nuestro país en el siglo XIX.

Foto: Paco Juez.
Edificio del abejero

La finca de los duques de Osuna conocida como El Capricho aparece, por supuesto, en el Diccionario. Para poder encontrar la información no debemos buscar en la entrada de Madrid capital, sino en la de La Alameda, localidad a la que pertenecía a mediados del siglo XIX El Capricho. Por entonces el jardín pertenecía a Mariano Téllez Girón, XII duque de Osuna, y ya había vivido su época de esplendor en tiempos de María Josefa Alfonso Pimentel, condesa-duquesa de Benavente y duquesa de Osuna, creadora del parque entre 1784 y 1834, y una segunda etapa de actividad jardinera y constructiva con su nieto Pedro, XI duque de Osuna, hasta 1844.

Foto: Paco Juez

En el Diccionario de Madoz se puede leer que El Capricho era “una do las posesiones mas hermosas y magníficas que hay en España, y la única quizá que pueda competir con los reales sitios. Inmensas sumas han invertido para hacerla amena y deliciosa por una larga serie de años, todos sus poseedores; pero ninguno con mas acierto y gusto que el hermano y antecesor del actual Duque” (se refiere, por tanto, a Pedro, XI duque de Osuna).

Según Madoz, la finca se hallaba “a 1 1/2 leg. de Madrid, en la carretera general de Aragón, y á corta dist. del pueblo de Canillejas, se desvia á la der. la carretera principal, y en linea recta se encuentra un camino ó calle de árboles de bastante long. que se conoce con el nombre del Ramal y conduce á la posesión de la Alameda. Pasada la barrera que la separa del camino, se entra en una plaza circular de 146 pies de diámetro , guarnecida de árboles de diferentes especies , con dos casillas ó pavellones para los guardas, que están sit. á los costados, y á su frente se presenta una puerta de hierro sostenida por dos pilastras almohadilladas de cantería con jarrones de piedra de Colmenar en sus estrados, que da paso al interior de la posesión”.

A continuación Madoz describe pormenorizadamente todos los variados elementos de El Capricho, pero especial interés presenta su referencia al extraordinario abejero: "Saliendo del palacio y dirigiéndose á la primera que está sit. á su der., varios bosquetes á la inglesa y planteles numerosos de flores cercan por todos lados un casino de buen gusto y proporcionada arquitectura, que está destinado para abejero , y al cual se pasa por dos puertas semicirculares colocadas en sus dos fachadas opuestas, y en cada una de las cuales se ostentan dos graciosas columnas del orden compuesto. La parte interior de este edificio consiste en una pieza circular que le sirve de ingreso, y dos pequeñas galerías que se hallan sit. á sus costados: la primera es notable por su decorado, que consiste en ocho columnas corintias con basas y capiteles dorados, que sostienen una cornisa y una media naranja encasetonada con adornos de estuco, y un caprichoso pedestal en su centro que sostiene una Venus , de mármol de Carrara, de tamaño mas que natural, obra de mucho mérito ejecutada por D. Juan Adán; y las segundas, que lo son también, porque en ellas y por medio dé cristales se puede admirar la incesante laboriosidad de las abejas".


Foto: Paco Juez

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