EL PLACER DE LA CULTURA

miércoles, 10 de octubre de 2012

Madrid durante la guerra de sucesión entre Isabel y Juana

Durante la Baja Edad Media, Castilla experimentó un profundo cambio social y político que provocó una continua inestabilidad. Madrid, una ciudad modesta pero de creciente importancia, se vio envuelta en los numerosos conflictos que asolaron el reino. La colisión entre el impulso centralizador de la Corona y el conservadurismo de la gran nobleza, ocupada en mantener sus enormes privilegios, estaba en el origen de estos enfrentamientos.

Uno de los episodios de mayor tensión fue el de la guerra civil que estalló tras el fallecimiento de Enrique IV en diciembre de 1474 en el Alcázar de Madrid. La sucesión en la Corona de Castilla provocó un enfrentamiento armado entre los partidarios de Juana, la hija del rey, y los de su hermana de padre, Isabel.

Retrato anónimo de Isabel la Católica. Museo Casa de los Tiros de Granada. S. XVI

Seguramente la inclinación del rey hacia Madrid influyó en que la ciudad se decantara hacia la primera. Personalidades de gran influencia en el Madrid de la época, como Juan de Zapata, señor de Barajas y Alameda, y el alcaide del alcázar, Rodrigo de Castañeda, señor de Torrejón, determinaron el posicionamiento de Madrid a favor de Juana, prácticamente desde el momento en que murió Enrique IV,

Durante todo 1475 Madrid permaneció fiel a Juana, defendida por los partidarios del marqués de Villena, uno de los pilares del bando de la llamada “Beltraneja”. Pero la ciudad se encontraba en medio de un territorio que controlaban los Mendoza, comprometidos con el bando isabelino


Detalle de la Topographia de la Villa, de Pedro de Texeira. 1656. Se aprecia la ubicación de la Puerta de Guadalajara, derribada en el siglo XVI, pero que dejó su huella en el callejero de la ciudad

En enero de 1476 se iniciaron contactos secretos para procurar un alzamiento en Madrid, sin resultados. El primer duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, destacado miembro del bando isabelino, cercó la ciudad y consiguió finalmente un acuerdo con el alcaide de la Puerta de Guadalajara, Pedro de Ayala, apoyado también por los principales linajes de Madrid, como los Vargas, los Luján o los Zapata. A finales del mes de febrero, la Puerta de Guadalajara se abrió para Mendoza y los partidarios de Isabel, que forzaron a los de Juana a retirarse al Alcázar, donde fueron vencidos a finales de abril de 1476. La conquista de Madrid fue, sin duda, un capítulo decisivo para la victoria definitiva del bando isabelino.

Uno de los madrileños que estuvo siempre al lado de Isabel en esta pugna fue el artillero Francisco Ramírez de Madrid. Especialmente importante fue su participación en la batalla de Zamora durante la guerra de sucesión, lo que aumentó la confianza de los Reyes Católicos en él, al que nombraron secretario. Su matrimonio en 1491 con la célebre Beatriz Galindo, notable humanista y colaboradora de la reina, seguramente fue acordado por la propia soberana, lo que demuestra su aprecio por Ramírez.


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