EL PLACER DE LA CULTURA

sábado, 30 de julio de 2016

Ayer y hoy del Barrio de Salamanca

Comparar las imágenes actuales con las del pasado supone un ejercicio de nostalgia, de curiosidad e incluso de reflexión ética y estética. Desde el punto de vista histórico, las fotografías antiguas constituyen una fuente de información básica y de su confrontación con la realidad actual se pueden derivar interesantes indicios que nos ayudan a comprender la evolución social, por ejemplo de una ciudad como Madrid y de un barrio de dicha ciudad, como Salamanca.

Compruébalo en este video: Ayer y hoy del Barrio de Salamanca


jueves, 30 de junio de 2016

El Monumento a Velázquez en el pórtico central del Museo del Prado

Para conmemorar el III Centenario del nacimiento de Diego Velázquez, la Sociedad Central de Arquitectos y el Círculo de Bellas Artes, promovieron un concurso para erigir un monumento al pintor delante del portico central del Museo del Prado. El vencedor fue Aniceto Marinas, que ya había realizado algunos importantes monumentos conmemorativos en Madrid y en otros lugares de España. La inaguración fue muy solemne, con la presencia de la regente María Cristina y su hijo, el futuro Alfonso XIII, y tuvo lugar el día 14 de junio de 1899.


Se trata de un vaciado en bronce, realizado por Masriera y Campins, fundidores de Barcelona que llevaron a cabo numerosos trabajos en Madrid, a partir del modelado en yeso creado por Marinas. La estatua se caracteriza por un realismo academicista, propio de la escultura pública de la época. Marinas logró una composición global expresiva y al mismo tiempo se recreó en un detallismo minucioso.


Se trata de una figura de cuerpo entero, sedente, con los signos característicos del pintor: la paleta, los pinceles y el tiento, a los que hay que sumar la espada y la capa recogida en el respaldo del asiento, lo que alude a su condición de caballero de Santiago, cuya cruz luce en el pecho. La imagen del pintor es de carácter naturalista, fiel a los retratos que se conservan del artista. Se trata de una instantánea, ya que el pintor se encuentra sentado en su sillón, pero en tensión, en el momento en el que está concentrado en la pincelada que se dispone a dar sobre un invisible lienzo.


Es una escultura pensada para ser vista principalmente de frente, con el magnífico pórtico de Villanueva como telón de fondo, pero si la rodeamos obtendremos otros puntos de vista secundarios que nos permitirán sobre todo recrearnos en los detalles. Su ubicación es excelente, en origen rodeada de una pequeña plantación de césped, y su tamaño muy adecuado para el espacio urbano en el que se encuentra.


El pedestal fue realizado por Vicente Lampérez, arquitecto, restaurador e historiador del arte, personalidad que parece adecuada para la empresa. Es muy sobrio, un gran volumen prismático de piedra de planta rectangular sobre base escalonada, que eleva y resalta el bronce de la estatua. En él aparacen inscritas las fechas del nacimiento y muerte del pintor y en letras yuxtapuestas su apellido, así como una inscripción incisa: LOS / ARTISTAS ESPAÑOLES / POR INICIATIVA DEL / CÍRCULO DE / BELLAS ARTES / 1899.


Fue una época en la que se realizaron por parte de la cultura official de la Restauración Borbónica, numerosas conmemoraciones de grandes personalidades del pasado, tanto de la política como de la cultura, con especial predilección por el Siglo de Oro, sobre todo en Madrid. El primero de estos personajes en ser recordado a través de una estatua pública fue Cervantes, a continuación Murillo y luego, casi a la vez, Calderón de la Barca y Velázquez

viernes, 24 de junio de 2016

Luis Gutiérrez Soto, arquitecto de Madrid

Luis Gutiérrez Soto (1890-1977) es un arquitecto imprescindible para comprender el complejo y cambiante Madrid del siglo XX. Graduado en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1923, discípulo de López Otero y buen conocedor de la arquitectura internacional de la época, realizó cientos de proyectos para la ciudad. En los años treinta adoptó un tipo de arquitectura moderna, racionalista, pero influida por el expresionismo alemán. Después de la Guerra Civil participó activamente en la reconstrucción de Madrid con una arquitectura ecléctica y variable. Realizó edificios simbólicos, como el Ministerio del Aire en Moncloa e innumerables construcciones residenciales en los barrios más acomodados, como Salamanca, Argüelles o Chamberí.



El antiguo cine Barceló, obra racionalista de Gutiérrez Soto

Ver video sobre Gutiérrez Soto



viernes, 3 de junio de 2016

Primavera en la Casa de Campo

Incluso en las grandes ciudades la primavera se hace presente con una vitalidad arrolladora. Y aunque no nos produce sorpresa su llegada porque el calendario nos avisa previamente, no deja de maravillarnos cada año su vigor delicado. En Madrid, la Casa de Campo es un privilegiado observatorio de este fenómeno.




 
























Fotografías de Martín Juez

sábado, 21 de mayo de 2016

Ciclo de charlas sobre Aniceto Marinas en la Biblioteca Regional

Iniciamos en la Biblioteca Regional de Madrid un ciclo de tres charlas sobre el escultor Aniceto Marinas (1866-1953), muy vinculado a Madrid por su trayectoria biográfica y con gran parte de sus obras principales en las calles y museos de la ciudad. Creemos que puede ser una buena manera de conmemorar los 150 años del nacimiento del artista.




Monumento a Daoíz y Velarde. Segovia.
Foto de Martín Juez

Las charlas tendrán lugar en el salón de actos de la Biblioteca a las 18:30 h. La entrada es libre y gratuita hasta completar aforo.

La programación es la siguiente:

Lunes 23 de mayo: Aniceto Marinas en el contexto de la escultura española

Lunes 30 de mayo:  Aniceto Marinas: una vida dedicada a la escultura

Lunes 6 de junio: Las esculturas de Aniceto Marinas en Madrid

martes, 17 de mayo de 2016

Celebramos el Día y la Noche de los Museos en el Museo Arqueológico Nacional

Atacama Servicios Culturales ha sido invitada a participar en el Museo Arqueológico Nacional en la celebración del Día Internacional de los Museos, que conmemora este año su 38 aniversario. Bajo el lema Museos y Paisajes Culturales el ICOM propone una reflexión sobre la función del museo como responsable del patrimonio cultural pero, no solo el que custodia entre sus muros, sino también el del entorno o paisaje cultural del que el propio museo forma parte y con el que se siente comprometido en su conservación y dinamización.

Arqueología y Patrimonio público

Por este motivo realizamos el día 18 de mayo un itinerario guiado, El Museo y su barrio, a través del cual el participante podrá conocer parte de la historia y la arquitectura del Museo y su integración en el entorno urbano del Barrio de Salamanca y el Paseo de Recoletos.

Apertura extraordinaria 20 a 24 horas
Además participamos también el sábado 21 de mayo en La Noche de los Museos dentro de la actividad Enigmas del pasado.

viernes, 8 de abril de 2016

Itinerarios de la Biblioteca Regional para conocer la escultura pública de Madrid


La escultura pública armoniza y da identidad a un espacio urbano. Además tiene una función didáctica, que emana del poder. Las obras escultóricas en la ciudad de Madrid se caracterizan por su gran diversidad. Son el resultado de diferentes políticas monumentales, que obedecen en algunos casos a programas iconográficos elaborados, o bien a actuaciones aisladas, pero siempre son testimonio de los valores sociales dominantes en cada momento histórico, de los sucesivos estilos artísticos y de la personalidad de cada creador.

La escultura monumental configura un peculiar relato de la historia de la ciudad, cada uno de los monumentos es un documento patrimonial de Madrid, un testigo de su evolución en el tiempo. Los monumentos forman parte del patrimonio cultural y, según la Unesco "tienen un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia".


Estatua ecuestre de Felipe IV en la Plaza de Oriente
La Biblioteca Regional de Madrid ha aceptado la propuesta de Atacama para realizar seis itinerarios guiados por las calles de Madrid dedicados a la escultura monumental. En cada uno de ellos, que tendrán lugar entre los meses de abril y mayo, se analizarán monumentos de épocas y características distintas, reunidos en un mismo espacio urbano. Los itinerarios son los siguientes:

-       Esculturas públicas en el Centro Histórico

-       Escultura monumental en el eje Recoletos-Prado

-       El Retiro, un museo de escultura al aire libre

-       La escultura en Atocha y el Panteón de Hombres Ilustres  

-       La escultura en la cornisa de Madrid: desde la Plaza de España al Parque del Oeste

-       La escultura en el Barrio de Salamanca y el Museo de Arte Público

Para más información en el Portal del Lector

lunes, 28 de marzo de 2016

Zahara en El Jarama


La Cafetería Zahara, situada en el nº 31 de la Gran Via de Madrid, desapareció en 2010. Había nacido en 1930, diseñada por los arquitectos Secundino Zuazo, Carlos Arniches y Martín Domínguez. Su lenguaje arquitectónico y decorativo era claramente racionalista, definido por su carácter funcional y una elegante sobriedad. Sucesivas obras lo fueron transformando hasta desfigurarlo completamente.

Fachada del Café Zahara en la Gran Vía en 1930. Revista Arquitectura, 1930, nº 16
 En la novela El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio, podemos comprobar que la cafetería conservaba  en 1955, fecha de la publicación del libro, todo su carácter emblemático como uno de los faros de la modernidad de la Gran Vía, como un símbolo de la ciudad de Madrid frente a la ruralidad del valle del Jarama. En este palpitante diálogo entre Lucio, Carmelo y Mauricio, tres de los representantes de lo rural en la novela, se dibuja la imagen de Madrid visto desde el campo. Sin duda la contraposición entre los dos ámbitos es una de las claves de la obra:

 
– Ninguno está conforme con lo que tiene – dijo Lucio -. Siempre se echa de menos lo contrario.

– Sí, lo que es – replicaba Carmelo -; como estuviera yo en los Madriles, escapado iba a echar yo de menos todo esto de aquí. Mejor campando por tus respetos en un Madrid, aunque sea no siendo uno nadie, que alcalde en Torrejón, con toda la importancia de ese pueblo. Si ya lo dice la gente: «De Madrid al cielo», ahí está; con eso ya queda dicho.

El carnicero se volvió, sonriendo, hacia él.

– Bueno, ¿y tú qué harías en un Madrid?, vamos a ver. Cuéntanoslo.

– ¿Yo…? ¿Que qué haría…? – se le encendía la cara -. ¿Qué es lo que haría yo en Madrid? – chasqueó con la lengua, como el que va a empezar a relatar alguna cosa alucinante-. Pues, lo primero… Me iba a un sastre. A que me hiciese un traje pero bien. Por todo lo alto. Un terno de quinientas pesetas…

Se pasaba las manos por la raída chaquetilla, como si la transfigurase. Mauricio le interrumpió:

– ¿De quinientas pesetas? ¿Pero tú qué te crees que te cuestan los trajes a la medida en Madrid? Con quinientas pesetas ni el chaleco, hijo mío.

– Pues las que hiciesen falta – dijo el otro -. Quien dice quinientas, dice setecientas…

– Bueno, hombre, sigue. Pongamos que con setecientas te alcanzaba para ponerte siquiera medio decente. ¿Luego qué hacías?, a ver. Continúa.

– Pues luego, me salía yo a la calle, con mi trajecito encima, bien maqueado, pañuelo de seda aquí, en el bolsillo este de arriba, ¿eh?, mi corbata, un reloj de pulsera de estos cronométricos, y me iba a darme un paseo por la Gran Vía. Poquito; ida y vuelta nada más, y descansado, para sentarme a renglón seguido en la terraza de un café, ¿cómo se llama ése?, Zahara, en la terraza del Zahara. Allí ya, bien repantigado, daba unas palmaditas – hizo el gesto de darlas -; y en esto, el camarero: un doble de cerveza así de alto con… con una buena ración de patatas fritas, eso es. Ah, y el limpia. Que me mandase en seguida al limpiabotas para sacarme brillo a los zapatos…

martes, 8 de marzo de 2016

Sofonisba Anguissola, una pintora italiana en la corte de Madrid

Sofonisba Anguissola (c. 1532-1625) fue una de las seis hijas de Amilcare Anguissola, noble italiano de Cremona. Siguiendo los consejos de Castiglione dio a las seis una formación humanística y artística. Cinco fueron pintoras y una escritora.

Sofonisba Anguissola. Bernardino Campi pintando a Sofonisba Anguissola, c. 1559.
Pinacoteca Nazionale, Siena
 

 Sofonisba, formada con Bernardino Campi y Bernardino Gatti, destacó entre todas las hermanas y su talento le llevó en 1559 a la corte más poderosa de la época, la de Felipe II, donde fue dama de honor, profesora de dibujo y pintora de la reina Isabel de Valois. Retrató a sus hijas, Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, al propio rey Felipe II y a su cuarta mujer, Ana de Austria. Tuvo contacto con los grandes artistas masculinos de la época, desde Miguel Ángel a Tiziano, pasando por Antonio Moro, Van Dyck o Sánchez Coello. Y desarrolló un estilo que, si bien se relaciona con el retrato cortesano español, incluye elementos muy personales, como la suavidad en el modelado o la utilización de una luz difusa. Tras su estancia en España regresó a Italia, donde se casó dos veces y siguió pintando casi hasta su fallecimiento cercano a los 100 años.
 
 Sofonisba Anguissola. Felipe II, 1565. Museo Nacional del Prado

Por pertenecer a la nobleza, Sofonisba Anguissola estaba imposibilitada para vender sus cuadros, por lo que fueron presentes que se movieron por las cortes europeas. Se conservan en torno a cincuenta cuadros de esta pintora, sobre todo retratos, entre los que destacan de modo muy especial sus numerosos y variados autorretratos, una quincena. Se trata, por otra parte, de un género muy prácticado por las artistas, algo que sin duda responde a una necesidad de reivindicarse como pintoras profesionales mayor que la que sintieron los varones.


Sofonisba Anguissola. Autorretrato, 1556. Museo Łańcut, Polonia


 

lunes, 29 de febrero de 2016

La fuente del Parque Eva Perón


No resulta fácil seguir el rastro a numerosas fuentes y monumentos de Madrid que han sufrido traslados sucesivos, a veces no justificados. El Parque de María Eva Duarte de Perón está situado en el límite oriental del Ensanche de Madrid, entre las calles Francisco Silvela, Florestán Aguilar y Doctor Gómez Ulla y la plaza de Manuel Becerra. Se creó a mediados del siglo pasado, después de la famosa  visita de Evita a España en 1947. Sin embargo cuenta con una fuente más antigua, que refrescó antaño el paseo de las Delicias, como podemos ver en un cuadro de Casimiro Sainz. Por sus características parece una obra barroca de la segunda mitad del siglo XVIII, que recuerda a otras fuentes de la época y que corresponde con el tiempo del trazado del paseo suburbano.

Casimiro Sainz. Fuente en el Paseo de las Delicias. 1875. Museo de Historia, Madrid
 
En 1913, cuando ya el paseo de las Delicias estaba plenamente integrado en la ciudad y se había convertido en una importante arteria para el tránsito rodado, la fuente se trasladó a la plaza de Nicolás Salmerón, luego llamada de Cascorro, abierta tras el derribo de una manzana conocida como “el tapón del Rastro”. En fotos de la época podemos comprobar que la fuente contaba con un pilón de piedra más alto que el que presenta en la actualidad, posiblemente el mismo que el que tenia cuando estaba en el paseo de las Delicias.

L. Huidobro. Fuente de la Plaza de Cascorro. 1922. Museo de Historia, Madrid
 
Además del pilón también ha desaparecido en la fuente actual el remate sobre el cesto de frutas que corona la composición. También ha variado la disposición de los surtidores, como podemos comprobar si comparamos las fotografías antigua y actual. Lo más característico de la estructura lo encontramos en las dos grandes conchas invertidas, separadas por sendos mascarones y sobre las que se alza un pináculo de planta octagonal que corona el citado cesto de frutas.
 
 

La fuente en su ubicación actual en el centro del Parque de Eva Perón
 
La inclusión de la fuente barroca en el parque no tiene mucho sentido desde el punto de vista histórico no responde a ningún criterio compositivo o estético razonable, pero es indudable que ofrece al visitante un elemento de interés.

 

miércoles, 27 de enero de 2016

Lo que queda del Madrid Moderno


Muy cerca de la Plaza de Toros de las Ventas, en un sector actualmente delimitado por las calles Ruiz Perelló, Cardenal Belluga, Roma, Cartagena, Francisco Navacerrada y Campanar y la avenida de los Toreros,  subsisten algunas edificaciones de una colonia residencial centenaria: El Madrid Moderno. Fue promovida en torno a 1890 por el abogado y político Mariano Santos Pinela, propietario de los terrenos, con la dirección del arquitecto Julián Marín.

Hoteles que subsisten al final de la calle Roma
 
Se comenzaron a construir más de 60 viviendas unifamiliares adosadas, que seguían el modelo ideado por el arquitecto Mariano Belmás, colaborador de Arturo Soria en la Ciudad Lineal. Pero el Ayuntamiento de Madrid detuvo las obras en 1891 porque carecían de la preceptiva licencia. Después de dos años de conflictos administrativos, un nuevo propietario adquirió la promoción y la amplió a casi 100 hotelitos. Se trata de Francisco Navacerrada, que da nombre a una de las calles de la colonia, y que la bautizó con la denominación de El Madrid Moderno.

 

Casas de la casa Francisco Navacerrada
  Mauricio Martínez Calonge firmó en 1894 el proyecto arquitectónico que dio finalización a los trabajos. Los edificios, de arquitectura sencilla pero digna, estaban destinados a personas de clases medias y se concebían como segunda residencia para días festivos y vacaciones. También se creó un espacio recreativo, llamado Parque Rusia, con un salón neoárabe erigido por Mariano Belmás y una montaña rusa. El barrio disponía de buenos equipamientos e instalaciones y poco a poco las casas fueron siendo adquiridas por una burguesía media alta, a la que en principio no estaban destinadas.
Detalle del Plano de Madrid, de Facundo Cañada (1900)
Las casas contaban con tres alturas: sótano, bajo y principal. La mayor parte tenían planta en forma de L en torno a un patio interior, pero existían otros modelos. Sus fachadas estaban retranqueadas, excepto los pintorescos miradores de madera acristalados sobre las entradas que servían de soportales.

Hotelitos de la calle Francisco Navacerrada
 
Las edificaciones de la primera fase de construcción, obra de Julián Marín, presentaban un estilo que podemos calificar de neomudéjar, con ladrillos de dos colores y decoración cerámica. Agrupadas en hileras, se remataban en las esquinas con pintorescos torreones circulares, como el que se conserva en el encuentro de las calles Castelar y Cardenal Belluga.

Hotelito de estilo “neomudéjar” en la calle Francisco Navacerrada
 

Construcción en la esquina de las calles Castelar y Cardenal Belluga
 En una promoción posterior, ya a principios del siglo XX, el arquitecto Valentín Roca, autor de numerosos edificios en el Madrid de la época, dotó a los hoteles de paneles decorativos con motivos vegetales y vistosos chapiteles coronando los capiteles, con una estética próxima al modernismo. También otros muchos importantes arquitectos de la época intervinieron en El Madrid Moderno junto a Roca e incluso posteriormente se siguieron levantando nuevas casitas adosadas, hoteles aislados e incluso edificios plurifamiliares hasta los años 30 del siglo pasado.
 

Casitas de estilo “modernista” en la calle Roma
 
Actualmente son muy pocos los edificios de la antigua colonia que siguen en pie, y algunos de ellos están a punto de ser derribados.
 

Casa en el nº 3 de la calle Francisco Navacerrada

 
Casa en el nº 30 en la calle Roma
 
Casa en el nº 14 de la calle Roma
 


 

martes, 5 de enero de 2016

Cien años de bibliotecas públicas madrileñas


Las bibliotecas públicas, abiertas a todos, han sido y siguen siendo fundamentales como agentes activos para la educación de la sociedad. Aunque su influencia sea difícilmente cuantificable, son espacios imprescindibles y nuestra vida sería muy diferente sin ellas.

Su misión histórica es la de ser mediadoras en la lectura, puentes de acceso a la cultura, la formación y el ocio inteligente del ciudadano. El 18 de noviembre de 2015 se inauguró en la Sala El Águila la exposición ‘Leyendo Madrid: 100 años de bibliotecas públicas’, con la que la Comunidad de Madrid analiza y celebra el centenario de las bibliotecas madrileñas. Sus comisarias, Marina Navarro Álvarez y Belinda Yúfera Rodríguez han realizado un excelente trabajo, como podrá comprobar quien se acerca hasta el número 3 de la calle Ramírez de Prado antes del domingo 24 de enero.

 

Las bibliotecas han evolucionado al ritmo de la sociedad a lo largo de estos cien años que ahora se cumplen desde la inauguración de la primera en el distrito de Chamberí, la cual sigue abierta para los lectores, hoy con el nombre de Ruiz Egea. De los 3.000 ejemplares con que contaban las bibliotecas en su origen hemos pasado a los casi dos millones de documentos en la actualidad.En esta evolución se ha transitado desde la titularidad pública a la autonómica. Las bibliotecas han superado dificultades enormes y situaciones muy difíciles. Sus colecciones se han ido haciendo más complejas, con formatos más variados, y se han hecho más accesibles.

Las bibliotecas han ido evolucionando con sus usuarios, se han adaptado a los cambios sociales y culturales, pero también han sido motor de transformaciones fundamentales. Un ejemplo lo encontramos en el protagonismo de las mujeres en el ámbito bibliotecario, como María Moliner o Elena Amat. También se destaca en la muestra el esfuerzo realizado por las bibliotecas por atraer al público infantil y juvenil y por su ingente tarea de fomentar la lectura.

Primer Bibliobús, 1953. Fotografía de Santos Yubero.
Archivo Regional  de la Comunidad de Madrid
En la muestra podemos ver fotografías que van del blanco y negro al color y de la precariedad a la abundancia, pero que siempre tienen como protagonistas a gente que lee. Vemos a los libros y a los lectores en las bibliotecas, en la calle, en bibliobuses o en espacios singulares, como el Palacio de Cristal del Retiro. Vemos actividades de fomento de la lectura, educativas y culturales muy diversas.

También podemos observar en la muestra abundante material documental y audiovisual. Destacan los libros y revistas, que ilustran las lecturas más destacadas de cada época, y los variados objetos que dan testimonio del trabajo de los bibliotecarios y de su capacidad para adaptarse a las necesidades del usuario.

Sala infantil de una Biblioteca Pública, años 60
 
La exposición se ordena cronológicamente y se divide en cinco periodos:

1915-1930 Años locos, tiempos de avance

1$930-1945 Años revueltos, tiempos de cambio

1945-1965 años difíciles, tiempos de desarrollo

1965-1985 Años de progreso, tiempos de transición

1985-2015 Años de modernidad, tiempos tecnológicos.

Se puede visitar, de forma gratuita, en Centro Cultural El Águila (C/ Ramírez de Prado,3. Madrid) hasta el domingo 24 de enero, de lunes a viernes de 11:00 a 19:00 y sábados, domingos y festivos de 11:00 a 15:00. Y en el Portal del Lector se puede descargar el catálogo.

 

lunes, 30 de noviembre de 2015

Los albores de la protección del patrimonio andalusí


En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid se puede visitar hasta el 8 de diciembre la exposición “El legado de al-Ándalus”. Antonio Almagro Gorbea es el comisario de esta muestra, que da a conocer un conjunto de dibujos verdaderamente extraordinarios que pertenecen al patrimonio de la Academia. Son el resultado de dos importantes proyectos impulsados por la institución, en los siglos XVIII y XIX respectivamente, que podemos considerar como iniciadores de la valoración artística de los principales monumentos andalusíes y que son una muestra del ambiente ilustrado que reinaba en la casa de la calle de Alcalá.


 Sánchez Sarabia. Capitel nazarí

 
El primero de los proyectos es el de las “Antigüedades Árabes de España”.  Poco después de su nacimiento, los que sucedió en 1752, la Real Academia se movilizó para evitar la desaparición de las pinturas de la Alhambra y procuró que un artista granadino, Diego Sánchez Sarabia, las copiara. A raíz de este hecho, la Academia amplió su interés por el conjunto nazarí y desarrolló un gran trabajo de documentación arquitectónica, decorativa e histórica, con especial atención a la epigrafía árabe. Era la primera vez que se abordaba el estudio de un conjunto patrimonial con el objetivo de documentarlo ante el peligro de su destrucción. Y era el inicio de los estudios árabes e islámicos en Europa. Además esta exposición nos permite constatar que, pese a lo que muchas veces se piensa, el interés por el pasado andalusí no comenzó con los viajeros románticos extranjeros del siglo XIX. La Academia editó dos volúmenes de estampas de las Antigüedades Árabes de España, publicados en 1787 y 1804, respectivamente, que, por cierto, muchos de aquellos trotamundos decimonónicos conocieron antes de llegar a nuestro país.

La Academia en un principio contó con artistas granadinos, pero en una segunda fase, para solventar algunas deficiencias, convocó al ilustre arquitecto e ingeniero José de Hermosilla, y a dos estudiantes aventajados, Juan de Villanueva y Juan Pedro Arnal, que estaban completando su formación. Los tres se encuentran entre las figuras más brillantes de la arquitectura española de la época. En la exposición podemos ver los planos de la Alhambra dibujados por ellos, que pueden considerarse los primeros estudios arquitectónicos del monumento.

 Juan de Villanueva. Sección de Comares en la Alhambra

El segundo proyecto puede considerarse como una continuación del primero. Se trata de la edición de los Monumentos Arquitectónicos de España entre 1856 y 1882, con un objetivo más amplio, pero con un gran protagonismo también de los vestigios andalusíes. La exposición nos presenta los dibujos originales que se utilizaron en esta obra magna, fundamentales tanto por su valor documental como por su mérito estético. Sus autores fueron arquitectos formados en la Escuela de Arquitectura de Madrid, que recogen en sus obras la belleza de las antigüedades de al-Andalus.

Ricardo Arredondo. Cúpula del mihrab de la Mezquita de Córdoba

 

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Los cipreses de los pantanos del Parque del Retiro

En 1887 se celebró en el hoy llamado Palacio de Velázquez del Retiro la Exposición de las Islas Filipinas, apenas once años antes de la independencia del archipiélago del Pacífico. Con motivo de la muestra se construyó el Palacio de Cristal como invernadero para exhibir plantas procedentes de la colonia, así como una ría artificial, ya desparecida, y el lago que sigue embelleciendo junto con el edificio de hierro y cristal ese sector del Retiro conocido como el Campo Grande.

 
En las proximidades del estanque se construyeron cabañas, algunas incluso entre los árboles, habitadas por indígenas filipinos durante todo el tiempo en que estuvo abierta la exposición. Navegaban en piraguas por el lago y la ría, donde nadaban los caimanes, traídos también al parecer de las islas.
 
 

De aquella exhibición, que tuvo un gran éxito, nos queda sólo el Palacio de Cristal, que, pese a ser un edificio provisional para albergar la muestra de botánica, permanece en pie casi 130 años después, y el estanque, de forma irregular y contornos sinuosos. En él se encuentran varios cipreses de los pantanos, con sus raíces y la parte inferior del tronco sumergidas en el agua, pero fueron plantados en época posterior a la exposición de 1887, ya en el siglo XX. Se trata de ejemplares de taxodiumdistichum, conocidos como cipreses de los pantanos. En otoño el intenso color rojo ladrillo de estos bellos árboles, junto con el amarillo de los castaños de indias que rodean el estanque, su peculiar ubicación acuática, y el fondo arquitectónico y ligero del Palacio confieren al lugar una inigualable belleza.

 
El ciprés de los pantanos es un árbol de hoja caduca, de tronco grueso de corteza rojiza, ramas horizontales, copa irregular y hojas suaves y planas, dispuestas en hileras y procede del sudeste de los Estados Unidos. Pertenece a la familia de las taxodiáceas, por lo que es pariente del famoso ahuehete del Parterre, situado en el mismo parque del Retiro.

 

martes, 3 de noviembre de 2015

Ventura Rodríguez según Goya


El Nationalmuseum de Estocolmo guarda entre sus tesoros pictóricos un retrato de Ventura Rodríguez, realizado por Goya en 1784. Se trata de un óleo sobre lienzo de 107 x 81 cm que representa al arquitecto nacido en Ciempozuelos de medio cuerpo, con unos planos en su mano izquierda y ante un fondo oscuro del que se recorta una columna. Su atuendo es elegante, con una casaca y un chaleco verdes y una camisa blanca con chorreras y puños de encaje. Lleva peluca blanca, de acuerdo con la moda de la época. En su gesto podemos advertir un sereno orgullo y una indudable satisfacción como arquitecto, uno de los más relevantes de su tiempo.

El retratado tenía entonces 67 años, 29 más que el pintor. Posiblemente Ventura Rodríguez, que fallecería una año después, había puesto a Goya en contacto con el infante don Luis de Borbón.

Francisco de Goya. Retrato de Ventura Rodríguez. 1784.
Nationalmuseum de Estocolmo
El proyecto que el arquitecto señala con su dedo se puede identificar perfectamente, ya que Goya ha puesto su empeño en que así sea. Se trata del diseño de Ventura Rodríguez para la  Capilla de la Virgen dentro de la Basílica del Pilar de Zaragoza, sin duda una de las obras más complejas a las que se tuvo que enfrentar y de la que se sintió muy orgulloso. Como ha señalado Isadora Rose-de Viejo en un interesante artículo, Goya recibió el encargo de realizar este cuadro de parte de María Teresa de Vallabriga, la esposa del Infante don Luis. Rodríguez era entonces su arquitecto en Arenas de San Pedro. Pero el plano que aparece en el retrato no tiene nada que ver con los trabajos que Rodríguez estaba realizando para don Luis, sino que se trata de una obra terminada casi veinte años antes en Zaragoza. Es precisamente esto lo que une a la mecenas y al pintor, ambos aragoneses, y también al arquitecto, que realizó en la capital zaragozana una de sus obras más relevantes.