EL PLACER DE LA CULTURA

domingo, 31 de marzo de 2024

La pila bautismal de Santo Domingo en la basílica de Atocha

Santo Domingo de Guzmán fundó en 1218 en terreno extramuros de Madrid el monasterio de Santo Domingo, que alcanzó un gran esplendor en los siglos siguientes, vinculado primero a la corona de Castilla y luego a los Habsburgo. Pero durante la Gloriosa Revolución el convento fue derribado y en su solar se construyeron edificios de viviendas y se amplió la cuesta de Santo Domingo. Las monjas se trasladaron al barrio de Salamanca, un periplo del centro al nuevo ensanche que realizaron numerosas comunidades religiosas en el siglo XIX. El nuevo monasterio de Santo Domingo el Real se inauguró en 1882 en la calle Claudio Coello.

A principios de este año 2024 las pocas monjas que habitaban el convento se han visto obligadas a abandonarlo después de casi 150 años para trasladarse al monasterio del mismo nombre en Segovia porque la falta de vocaciones había reducido su número en demasía. Han dejado en Madrid algunos de los tesoros patrimoniales que las religiosas habían conservado durante siglos, como la pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán o una escultura del santo tallada en madera en el siglo XVIII por Luis Salvador Carmona. Las han depositado en la basílica de Atocha, atendida por monjes dominicos del vecino convento. Concretamente ambas, pila y escultura, se han colocado en la capilla del lado del evangelio de la iglesia, previamente acondicionada.

Capilla de Santo Domingo de Guzmán en la basílica de Nuestra Señora de Atocha

La pila es, según la tradición, en la que recibió bautismo el santo en su localidad natal de Caleruega, en la provincia de Burgos. La leyenda dice que cuando fue bautizado apareció un milagroso fulgor sobre su cabeza, motivo que forma parte de la iconografía del santo. Cuando Santo Domingo fue canonizado, el rey Alfonso X de Castilla y de León ordenó que la pila se trasladara al monasterio dominico de Caleruega, donde pasó a ser venerado como una reliquia.

Pila de Santo Domingo de Guzmán en la capilla

En 1605 el rey Felipe III ordenó su traslado a Valladolid para bautizar en ella al príncipe heredero, el futuro Felipe IV. La corte se encontraba allí desde 1601, pero cuando regresó a Madrid en 1606, la pila marchó también a la villa, concretamente al citado monasterio de Santo Domingo. Desde entonces, todos los herederos de la corona, excepto los nacidos fuera de España, así como la mayoría de infantes e infantas han recibido las aguas del bautismo en ella, previo traslado temporal al Alcázar y luego al Palacio Real de la pila. Después de recibir el sacramento, la tradición determina que los pequeños han de ser ofrecidos a la Virgen de Atocha. 

Pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán

La pila es de piedra caliza blanca, pero está recubierta con una funda plateada con adornos dorados. Se ha colocado sobre una columna de granito del siglo XVII, que es uno de los escasísimos restos que quedan de la antigua basílica de Atocha. Seguirá a disposición de la familia real para continuar con la tradición.


miércoles, 28 de febrero de 2024

Los primeros estudios fotográficos de Madrid

La Biblioteca Regional ha encargado a Atacama un itinerario por el centro de Madrid en relación con la exposición Un retrato romántico. La carte de visite, que puede verse en su sede de la calle Ramírez de Prado hasta el 21 de abril. En el paseo los participantes podrán conocer las localizaciones de los estudios de los pioneros del retrato fotográfico, que trabajaron en la capital aproximadamente desde 1858 hasta 1865.


El recorrido comienza en Pontejos, donde recordamos a André Adolphe Eugène Disdéri (1819-1889), iniciador del formato que permitía la impresión de hasta ocho retratos en miniatura en el mismo negativo. A través del Madrid isabelino ubicamos los estudios de Charles Clifford (1820-1863), Ángel Alonso Martínez (1825-1868), Eusebio Juliá (1826-1895), Pedro Martínez de Hebert (1819-1891) y Jean Laurent (1816-1886) entre otros muchos fotógrafos.

Estudio de Laurent (y luego de Lacoste) en el nº 39 de la carrera de San Jerónimo

Los itinerarios se realizarán en las siguientes fechas:

Miércoles, 21 de febrero de 2024 de 17:00 a 19:00
Jueves, 22 de febrero de 2024 de 11:00 a 13:00
Miércoles, 13 de marzo de 2024 de 17:00 a 19:00
Jueves, 14 de marzo de 2024 de 11:00 a 13:00
Miércoles, 20 de marzo de 2024 de 17:00 a 19:00
Jueves, 21 de marzo de 2024 de 11:00 a 13:00
Miércoles, 17 de abril de 2024 de 17:00 a 19:00
Jueves, 18 de abril de 2024 de 11:00 a 13:00

Inscripción y más información en el Portal del Lector.

lunes, 29 de enero de 2024

La casa de Mariano José de Larra en Corella (Navarra)

Entre 1822 y 1823 el madrileño Mariano José de Larra vivió durante casi un año en una localidad del sur de Navarra, Corella, situada en la fértil comarca de La Ribera. Con casi 8.000 habitantes, el municipio se muestra fuerte frente a los desafíos que debe afrontar la España rural del siglo XXI. No obstante, su rico patrimonio arquitectónico nos remite a épocas pasadas en las que Corella alcanzó un gran esplendor económico y gozó de un mayor protagonismo. Sus iglesias barrocas y sus casas señoriales le otorgan monumentalidad a esta ciudad que llegó a acoger la Corte de Felipe V por unos meses en 1711 y por unos días en 1719.

Subida hacia la parroquia de Nuestra Señora del Rosario.
Fotografía de Francisco Juez. 22/10/2023

Un siglo después, un médico afrancesado que había ingresado en el ejército napoleónico y había acabado en el exilio en París, logró regresar a España como galeno del infante Francisco de Paula, Era Mariano de Larra, padre del famoso escritor casi del mismo nombre, que se instaló con su familia en Madrid en 1818 y estudió con los escolapios de la calle Hortaleza. Pero Mariano padre cesó como médico del infante a finales de 1821 o principios de 1822 y se trasladó por un breve periodo a Corella para ejercer su profesión, posiblemente hasta el verano de 1823, cuando el Trienio Liberal había concluido. 

Casa de los Arteta y parroquia de San Miguel, situadas enfrente de la casa de Larra.
 Fotografía de Francisco Juez. 22/10/2023

No sabemos mucho sobre la vida de Mariano José, educado entre París y Madrid, en el pueblo de La Ribera navarra. Llegó allí con 13 años recién cumplidos y, aunque no cursó estudios, pudo disponer de la buena biblioteca familiar para continuar con su formación. Mariano padre renunció a su puesto en Corella y ocupó la plaza de Cáceres y Mariano José pudo volver a estudiar, esta vez en el colegio Imperial de Madrid, donde se quedó a vivir.

Casa de Larra en Corella. Fotografía de Francisco Juez. 22/10/2023

Sigue en pie la casa que habitó el escritor con su familia en Corella entre las calles del Santísimo y San Juan, frente a la monumental iglesia de San Miguel. El edificio, con planta baja, principal, segunda y altillo, está señalado por una placa en la que se recuerda la estancia del gran escritor en la localidad. En la misma fachada se encuentra un escudo del siglo XVII perteneciente a los Sanz, uno de los linajes nobiliarios de Corella,