EL PLACER DE LA CULTURA

lunes, 26 de diciembre de 2016

Parece un Renoir

En la exposición Renoir. Intimidad, que tiene lugar en el Museo Thyssen, podemos ver un buen número de mujeres que leen. Por ejemplo, la señora Monet vestida a la turca y recostada en un sofá apenas pintado. O una joven burguesa que lee el periódico apoyada sobre el hombro de su compañero. O una mujer envuelta en muselina que toca el piano y lee, por tanto, la partitura. O dos parejas de niñas que comparten un libro. O Gabrielle, la niñera, modelo, enfermera y confidente de Renoir. El de las lectoras es, sin dudas uno de los temas favoritos del maestro francés, al que interesaban los personajes absortos en una actividad, concentrados en ella. De esta manera, el espectador, como dice Guillermo Solana, comisario de la muestra, puede asomarse a su intimidad.

Pierre-Auguste Renoir. Gabrielle leyendo. 1906. Óleo sobre lienzo
Staatliche Kunsthalle Karlsruhe

Otro de los temas favoritos de Renoir es el desnudo femenino, género clásico de la pintura occidental practicado por el maestro a lo largo de toda su carrera, incluso en contra de los Impresionistas que lo rechazaban por considerarlo académico. En la exposición podemos disfrutar de un buen número de cuadros que nos muestran a monumentales y rotundas mujeres en la naturaleza o en interiores, que están a punto de bañarse, que se están desnudando o vistiendo, que se arreglan el cabello o que simplemente posan. Se trata de las famosas bañistas de Renoir, un amplio conjunto de obras concebidas para que el espectador espíe la intimidad femenina. 

Pierre Auguste Renoir. Las Bañistas. 1918-19. Óleo sobre lienzo. Detalle
París, Musée d'Orsay 

Una de las joyas del Museo Lázaro Galdiano es un pequeño pero cautivador óleo de Goya, realizado en los últimos años del siglo XVIII, es decir la época en la que el pintor aragonés llevó a cabo su espléndido trabajo en San Antonio de la Florida. Esta obra aúna los temas de la lectora y del desnudo femenino, tratados después por Renoir. Representa a una mujer, de rostro redondeado, mejillas sonrosadas y larga cabellera rubia, absorta en la lectura de un libro. Los dos brazos tienen un gran protagonismo en el cuadro, porque el derecho sirve de apoyo a la cabeza, en el gesto iconográfico de la melancolía, y el antebrazo izquierdo cubre por completo, acaricia, toda la superficie del libro. La forma de los brazos dibuja un rombo con la cabellera que cae sobre la espalda; la cabeza de la mujer sería el vértice superior del rombo.

Francisco de Goya. Magdalena penitente. 1797-1800. Óleo sobre lienzo.
Museo de la Fundación Lázaro Galdiano

Sus formas rotundas, la luminosidad de la piel, la sensualidad y la poesía de esta imagen nos recuerda a los desnudos que podemos ver en la última sala de la aludida exposición del Museo Thyssen, la de las bañistas. Hay que fijarse bien para descubrir que el libro se apoya sobre una calavera y que al fondo a la izquierda se alza una esquemática cruz en el brumoso paisaje. Todo ello nos permite concluir que la sensual mujer es la Magdalena penitente, aunque falte uno de los elementos habituales de su iconografía: el frasco de perfumes. Como señaló Camón Aznar, primer director del Museo Lázaro, esta sorprendente y cautivadora obra de Goya “parece un Renoir”. 

sábado, 3 de diciembre de 2016

Las estatuas de Madrid se mueven: la Libertad

La estatua de la Libertad de Madrid, algo más pequeña que la neoyorquina, pero también más antigua, es otra de las esculturas de nuestra ciudad que ha sufrido un traslado, no muy largo, pero dificultoso, con las vías del ferrocarril como obstáculo.

La estatua se alza sobre un templete que acoge los restos de un grupo de políticos liberales progresistas del siglo XIX: Argüelles, Calatrava, Mendizábal, Muñoz Torrero, Martínez de la Rosa y Olózaga. El pabellón funerario fue construido por Federico Aparici en 1857 y está coronado por la escultura del aragonés Ponciano Ponzano que representa a la Libertad. Cuenta también con tres estatuas de Sabino Medina en el perímetro del templete que representan La Pureza, el Gobierno y la Reforma.


El mausoleo se ubicó originalmente en el desparecido cementerio de San Nicolás, situado en el encuentro de las actuales calles de Méndez Álvaro y Áncora, en el barrio de Delicias. Fue trasladado al Panteón de Hombres IIustres en 1912, por iniciativa de Canalejas y por la insistencia de Romanones y pese a la oposición de Alfonso XIII, descontento con la presencia de hombres que contribuyeron a erosionar el poder real en un lugar que simbolizaba la preeminencia de la monarquía y exaltaba la Restauración Borbónica. El templete se encuentra en un ángulo del jardín del claustro, una ubicación que no favorece ni al edificio trasladado ni al que lo acoge.



sábado, 26 de noviembre de 2016

Galdós, Caillebotte y el París del barón Haussmann

En sus Memorias de un desmemoriado (1915-1916), Benito Pérez Galdós relata su visita a la Exposición Universal de París que se celebró en 1867. Cuenta también que en aquel viaje pudo comprobar las transformaciones urbanísticas que la capital francesa estaba experimentado durante el Segundo Imperio. Los trabajos habían empezado en 1852 y siguieron hasta 1870, bajo la dirección del barón Haussmann y con el impulso de Napoleón III:

El resto de mi tiempo, en aquel verano, lo empleaba paseándome, observando la transformación de la gran Lutecia, iniciada por el Segundo Imperio. Los Bulevares Haussmann, Malesherbes, Magenta y otros de la orilla derecha, así como los de Saint Germain y Saint Michel en la otra orilla izquierda, estaban en construcción. No se veían más que derribos de barrios enteros y enormes hileras de andamios.

En aquel tiempo el joven Gustave Caillebotte vivía en la Rue de Miromesnil, situada en el corazón de las reformas de Haussmann, y estaba comenzando a pintar. En los cuadros de los años 70 aparece, como en el texto de Galdós, la nueva ciudad que se estaba construyendo, con sus grandes perspectivas, sus tonos grises, y sus habitantes: los obreros con blusones y los elegantes burgueses.


Gustave Caillebotte. Pintores en un edificio. 1877. Óleo sobre lienzo. Colección privada

En un cuadro de 1877, Pintores en un edificio, expuesto en la reciente retrospectiva que ha dedicado a Caillebotte el Museo Thyssen, podemos ver la fase final de las obras parisinas. Aparecen cuatro pintores de brocha gorda que terminan la decoración de la fachada de un comercio; a la izquierda se abre la gran perspectiva rectilínea de una larga calle en la que circulan algunos transeúntes y un carruaje en la lejanía. Los colores utilizados por Caillebotte son muy limitados, con matices de beige, gris, y azul, apenas destacados por los verdes y rojos de la fachada. Es, en cualquier caso, como el texto de Galdós, un delicioso testimonio del carácter pétreo del nuevo Paris diseñado por el barón Haussmann. La calle, tal y como Caillebotte la pinta, parece aún cubierta por el polvo de las obras, como ha explicado la comisaria de la exposición, Marina Ferreti.

sábado, 19 de noviembre de 2016

El reloj de la Puerta del Sol cumple 150 años

Nos gustaría celebrar el cumpleaños, nada menos que siglo y medio, del popular reloj de la Real Casa de Correos recordando algunos textos de Ramón Gómez de la Serna publicados en su Elucidario de Madrid:

El reloj del ministerio de la Gobernación resulta precisamente, por el ser el reloj central, un poco reloj de ábaco de chimenea.

Este es el reloj que ha marcado las horas más inquietas y decisivas de la historia de España, dejándole eso tan impertérrito, pues nada ha logrado que su campana tartamudee o cecee.

El reloj de la Puerta del Sol luce sobre el páramo, es el reloj central de España, porque entre otras cosas tiene cuatro esferas para los cuatro puntos cardinales y aunque el del mediodía no le sirve para nada, funcionan su manillas.

El reloj visto a través de la cubierta de cristal de la entrada
de la estación ferroviaria de Sol el día de su inauguración,
28 de junio de 2009. Fotografía de Eduardo Escudero 

viernes, 18 de noviembre de 2016

Acercamiento a Olivieri

Giovanni Domenico Olivieri, nacido en 1708 nada menos que en Carrara, fue uno de los más destacados escultores extranjeros de las cortes de Felipe V y Fernando VI. Se le considera uno de los principales responsables de la creación de un nuevo lenguaje cortesano, en la línea de un Barroco tardío internacional, que pretendía satisfacer las necesidades de las grandes iniciativas artísticas de los Borbones, la nueva dinastía en el poder. Tras una exitosa etapa inicial en el norte de Italia llegó a Madrid por recomendación de Sacchetti, arquitecto del Palacio Real, y en 1740 fue designado escultor del rey para dirigir la decoración de dicho edificio. Poco después puso en marcha una academia en su propia casa, origen de la Real de Bellas Artes, de la que el propio Olivieri llegó a ser su primer director de arquitectura.

 
Vista de la fachada de Santa Bárbara cubierta de andamios

Vista del andamio a la altura del medallón
Fotografía de Eduardo Escudero

Ya en época de Fernando VI recibió otro importante encargo de la Corona: la dirección escultórica del Real Convento de la Visitación, o de las Salesas, gran proyecto impulsado por la reina Bárbara de Braganza. Uno de sus mejores trabajos en el edificio lo encontramos en el medallón que se halla en el centro de la fachada de la actual Parroquia de Santa Bárbara, en origen iglesia del convento, que actualmente se puede observar muy de cerca gracias al programa de visitas guiadas Abierto por Obras, con motivo de la restauración que se está llevando a cabo en el edificio.

 Detalle del medallón de la fachada con la Visitación
Fotografía de Eduardo Escudero

El tema procede de los Evangelios de San Lucas y los apócrifos: a la izquierda vemos a la Virgen María y a la derecha a su prima Santa Isabel, embarazadas ambas milagrosamente, respectivamente de Jesús y de Juan el Bautista; en segundo plano aparece Zacarías, el esposo de Isabel, testigo del saludo entre las mujeres, y San José, en un plano más lejano, pese a que en el texto de Lucas nada se dice sobre los hombres. La dedicación del convento a la Visitación sin duda tiene que ver con la imposibilidad de la reina de concebir hijos.

Detalle más cercano del tondo

Detalle con la Virgen y Santa Isabel
Fotografía de Eduardo Escudero

Sorprende el gran virtuosismo de Olivieri en el trabajo con el mármol, con detalles que sólo se pueden apreciar desde el andamio que se ha construido para llevar a cabo la restauración de la fachada. La composición del medallón es sencilla y solemne, las figuras monumentales y clásicas y sobresale la ampulosidad y riqueza de sus ropajes, elementos todos ellos característicos del escultor italiano. Tal vez lo más llamativo cuando vemos el tondo desde cerca es el magnífico estudio de perspectiva conseguido a través de los distintos grados de relieve de las figuras y del cuidado marco arquitectónico en bajorrelieve del fondo. Sorprende sobre todo que algunos pormenores son invisibles desde el suelo, como si estuvieran hechos sólo para Dios (y ahora también para los visitantes de Abierto por Obras).

La fachada, con el medallón en el centro, antes de empezar la restauración

lunes, 14 de noviembre de 2016

Las estatuas de Madrid se mueven: Lope de Vega

La palabra estatua significa “obra de escultura labrada a imitación del natural”, según el diccionario de la RAE. Procede del sustantivo latino statua, y éste, a su vez, del verbo stare, que significa “estar inmóvil”. Una estatua debería, por lo tanto, obedecer a su etimología y permanecer quieta, pero en Madrid se produce un fenómeno de difícil explicación: las estatuas públicas se mueven de un emplazamiento a otro con asombrosa facilidad. Con esta entrada iniciamos un ciclo a través del cual trataremos de seguir los movimientos de algunos monumentos madrileños.

La estatua de Lope en la Glorieta de San Bernardo, c. 1905

El primer caso a estudiar es el de la escultura dedicada a Lope de Vega, obra de Mateo Inurria, que se alza sobre un pedestal diseñado por el arquitecto José López Salaberry. Forma parte del grupo de monumentos que el Ayuntamiento de Madrid realizó para conmemorar la mayoría de edad y la coronación de Alfonso XIII en 1902, fecha en la que la estatua se inauguró en el centro de la Glorieta de San Bernardo, en el límite entre el Centro Histórico y el Ensanche, un lugar sin relación con el personaje homenajeado y demasiado grande para el tamaño del monumento. Sólo seis años después apareció en el centro de otra plaza, esta ya en pleno Ensanche, en el barrio de Almagro, concretamente en la Glorieta de Rubén Darío. Finalmente, de momento, viajó en 1966 hasta su ubicación actual, en los jardines de la plaza de la Encarnación, un escenario tal vez más apropiado para las características de la escultura, pero uno de los pocos lugares del centro de Madrid sin ninguna relación biográfica conocida con el escritor.

La estatua de Lope en la Glorieta de Rubén Darío, c. 1960

jueves, 3 de noviembre de 2016

Criptoautorretratos: Clara Peeters en el Prado

Quince bodegones de Clara Peeters, pintora flamenca activa en Amberes entre 1607 y 1621, se pueden ver en el Museo del Prado hasta el 19 de febrero de 2017. Todos ellos son muy similares entre sí: nítidos óleos sobre tabla, con un punto de vista totalmente frontal, en los que los objetos se acumulan sobre una mesa, cuyo borde, perfectamente paralelo con el lateral inferior del cuadro, queda en sombra. Los diferentes elementos representados se reproducen con precisión y realismo, pero las composiciones no son claras.



Los objetos se muestran con gran proximidad y llenan casi toda la superficie del cuadro, fuertemente iluminadas sobre un fondo oscuro, pero las sombras que proyectan las cosas son muy sutiles. Peeters utiliza los recursos habituales para transmitir sensación de profundidad y se recrea más en los brillos y los reflejos que en la diferencia de las texturas. Muchos de los objetos se repiten en unos cuadros y otros, con distintas disposiciones. Se trata de recipientes cerámicos, jarras, vajillas de lujo, porcelanas chinas, copas de metal o de cristal,  saleros, velas, monedas, jarrones, flores, conchas, quesos, frutos secos, aceitunas, vino, panes, alcachofas, frutas, dulces, aves, pescados y mariscos, e incluso un gato.



Pero tal vez lo más interesante pasa desapercibido al espectador apresurado. En los reflejos de algunos objetos encontramos diminutos autorretratos de la pintora, hasta siete en dos de los cuadros. Es posible incluso distinguir en algún caso a Peeters con los atributos de su oficio: el pincel y la paleta. ¿Por qué se autorretrata con tanta insistencia y a la vez de manera tan discreta esta pintora especializada en naturalezas muertas, un género puntero a principios del siglo XVII? ¿es, como siempre se dice, una respuesta a la necesidad de autoafirmación de las mujeres pintoras de la época, más aún cuando practicaba un vanguardista realismo?, ¿lo hacía para aumentar la sensación ilusionista de la pintura, o para demostrar su destreza? Por cierto, se sabe muy poco de la biografía de Clara, cuya figura es apenas un reflejo fantasmagórico que nos interroga desde la claridad de su obra.



viernes, 14 de octubre de 2016

Los vasos griegos del Museo Arqueológico Nacional en 3D

Treinta de las mejores piezas de la gran colección de vasos griegos del Museo Arqueológico Nacional ya pueden verse en imágenes 3D: https://sketchfab.com/man. El Museo ha seleccionado un conjunto que pone de manifiesto la variedad y calidad de los objetos cerámicos griegos que posee.


Este trabajo es resultado de un proyecto realizado por el Laboratorio de Humanidades Digitales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Los vasos se presentan en realidad virtual y en tres dimensiones, lo que permite el acercamiento al objeto y a sus contenidos. Tanto el investigador como el amante de la cultura griega y del arte clásico podrán observar los objetos desde todos los puntos de vista, analizar sus variadas formas y sus materiales y recrearse en los detalles pictóricos.

martes, 4 de octubre de 2016

San Francisco de Asís y Caravaggio

Hoy, 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, es un buen momento para recordar uno de los cuadros más impresionantes de Caravaggio, del que hemos podido disfrutar en la recientemente clausurada exposición dedicada por el Museo Thyssen al maestro milanés y a su influencia sobre los pintores centroeuropeos. A buen seguro la impactante imagen de San Francisco en meditación, obra fechada en 1606 y conservada en el Museo Civico “Ala Ponzone” de Cremona, es una de las que habrá quedado grabadas en la retina y en el corazón de los visitantes.


Este óleo sobre lienzo, pintado por Caravaggio cuando tenía alrededor de 35 años, fue uno de las últimas obras que realizó antes de huir de Roma después de haber matado al también pintor Ranuccio Tomassoni. Este oscuro incidente puso fin a su fulgurante etapa romana en la que había alcanzado un enorme éxito. Y es que, aunque había frecuentado los ambientes más selectos de la espléndida Roma de la época, también pululaba por los bajos fondos y frecuentemente se veía envuelto en peleas y problemas con la justicia. El fallecimiento de Tomassoni a manos de Caravaggio le obligó a huir de la ciudad eterna, a la que ya nunca habría de regresar, porque la muerte le sorprendió cuatro años después, justo cuando estaba a punto de volver a Roma.
En dicho contexto histórico, este San Francisco podría incluir una referencia autobiográfica, en el sentido de que puede interpretarse como una petición de perdón por parte del pintor, ya que sabía que este cuadro se iba a exponer en Roma, como señala el comisario de la exposición del Thyssen, Gert Jan van der Sman en el catálogo. Así, el pintor se identificaría con el santo y su expresión aludiría al arrepentimiento de Caravaggio dirigido a las autoridades romanas.


La iconografía, típicamente contrarreformista, es la del santo penitente en un paisaje agreste, pero Caravaggio extrema la intensidad de la meditación de Francesco, especialmente a través de la torsión de su cabeza y el forzado gesto del cuerpo y de la presencia del crucifijo, en extraordinario escorzo, separando las páginas del libro sagrado. La impactante factura de las pinceladas, anchas, sueltas, muy modernas, y la teatral utilización de la luz, enfatizan la energía penitente del personaje. Al parecer, se representa concretamente un pasaje de la vida de San Francisco en el que, tras abrir el Evangelio tres veces casualmente por el relato de la Pasión, meditó sobre su participación en el martirio de Cristo, lo que se considera un precedente de la aparición de los estigmas.

viernes, 23 de septiembre de 2016

La plaza del mercado de Den Bosch

El primer cuadro de la gran exposición del V Centenario del fallecimiento del Bosco celebrada en el Museo del Prado no era una obra del pintor holandés, sino un trabajo anónimo pintado hacia 1530, unos quince años después de su muerte. Se trata de una vista de la plaza del Mercado de la localidad natal del genial pintor, la ciudad de los mil nombres: su denominación oficial en holandés es 's-Hertogenbosch, topónimo tan complicado que incluso los propios holandeses prefieren decir Den Bosch. Pero también tiene nombre en español, Bolduque, en francés, Bois-le-Duc, en alemán,  Herzogenbusch, e incluso en latín, Silva Ducis o Buscum Ducis. Es la capital de la provincia de Brabante Septentrional, en el sur de los Países Bajos, una bella ciudad medieval, surcada por canales subterráneos y que cuenta con una magnífica catedral gótica.

Anónimo flamenco. Mercado de telas en 's-Hertogenbosch. Óleo sobre tabla. C. 1530. Her Noordbrabants Museum, 's-Hertogenbosch

En la vista del siglo XVI se representa la plaza en un día de mercado de paños, con los puestos cubiertos en los que se vendían las telas, organizados en filas paralelas. Pero en realidad, como señala Pilar Silva Maroto en el catálogo de la exposición del Prado, el paisaje sirve de fondo a una escena religiosa que descubrimos en el primer plano: San Francisco, patrono de los pañeros, reparte telas entre los pobres.

El Bosco vivió en esta plaza desde 1462, cuando era un niño, ya que su padre compró una casa en ella. Después, cuando se casó con Aleid van de Meervenne se trasladó a otro edificio en el lado norte de la misma plaza. En el cuadro aparece esta casa: es la séptima empezando por la derecha, la siguiente a la azul. Era de ladrillo, con una fachada muy estrecha, aunque se sabe que era muy profunda. Cuenta con el típico remate escalonado y con torrecillas en los ángulos, lo que le hacía parecer más alta.


Detalle de la obra anterior. Se indica la casa en la que vivió el Bosco

La plaza del Mercado de Den Bosch sigue siendo el centro de la ciudad, una gran explanada en forma de triángulo irregular rodeada de bellos edificios, punto de encuentro de viajeros y locales. Una estatua del Bosco, obra de August Falise, se sitúa desde 1929 muy cerca del lugar en el que estuvo la casa del pintor, ya desparecida.


Estatua del Bosco en la plaza del Mercado de su ciudad natal

Recientemente se ha reconstruido el pozo que aparece en el cuadro, así como una capillita dedicada a la Virgen que podemos también apreciar en la pintura.



Detalle del cuadro anterior y vista actual del pozo y la capilla reconstruidos

Con motivo del V Centenario de la muerte del Bosco, la ciudad en la que nació y falleció el pintor, tras haber vivido en ella prácticamente todos sus días, ha organizado muchas actividades para conmemorar al más universal de sus vecinos. Aunque no cuenta con ninguna obra del Bosco, sus calles, canales, edificios y comercios han sido invadidos por los seres fantásticos del pintor. Por ejemplo, en la plaza del Mercado se alza una construcción de cartón inspirada en las creaciones del Bosco y encontramos a algunos de sus personajes en cualquier rincón de un canal.


Vista de la plaza del Mercado de Den Bosch en agosto de 2016

Ser procedente del Infierno del Jardín de las Delicias en un canal de Den Bosch en agosto de 2016




martes, 20 de septiembre de 2016

Atacama participa en la Semana de Arquitectura un año más

Las Bibliotecas Públicas de Madrid nos han invitado de nuevo a participar en la Semana de la Arquitectura, que celebra este año su XIII edición entre los días 29 de septiembre y 9 de octubre. Realizaremos seis itinerarios guiados para los usuarios de otras tantas bibliotecas. 
Son los siguientes:

- Arquitectura histórica de los Carabancheles

- El Modernismo en Madrid
- Francesco Sabatini: obras en el corazón de la villa
- El Salón del Prado
- Art Decó madrileño
- El Madrid de Carlos III, el rey alcalde



Para nosotros es un verdadero placer participar por cuarta vez en este acontecimiento cultural que se celebra cada año en Madrid al comenzar el otoño y que tiene como objetivo acercar a los ciudadanos algunos de los secretos de la arquitectura madrileña.

Más información aquí



sábado, 27 de agosto de 2016

La lámpara de la mezquita de la Alhambra


Durante todos los domingos de septiembre presentamos la Pieza del Mes en el Museo Arqueológico Nacional, en este caso la Lámpara de la Mezquita de la Alhambra. Se trata de una obra fruto de la iniciativa piadosa del sultán nazarí Muḥammad III, tal y como puede leerse en la inscripción incisa de su borde inferior. Fue colocada en la mezquita principal de la ciudad palatina, construida también bajo las órdenes del mismo soberano, presumiblemente delante del miḥrāb. La citada inscripción proporciona también la fecha de realización del objeto de bronce: el año 705 de la hégira, es decir, el 1305 de la era cristiana.


Lámpara de la mezquita de la Alhambra

La mezquita de la Alhambra ya no existe. Fue convertida en catedral tras la conquista de Granada y finalmente se derribó en el siglo XVI y se sustituyó por la iglesia de Santa María. La pieza, que en realidad no es una lámpara, sino un portalámparas, se ha conservado porque el Cardenal Cisneros la tomó para su colección y estuvo en el colegio mayor de San Ildefonso de Alcalá de hasta 1836, cuando la Universidad se trasladó a Madrid. En 1868 pasó al recién nacido Museo Arqueológico Nacional. Desde entonces se expone como una de las piezas más importantes procedentes del periodo nazarí (s.XIII-XV), el último de la historia de al-Andalus.


Iglesia de Santa María de la Alhambra

En la explicación de esta pieza analizaremos su función y simbolismo y su relación con otras lámparas andalusíes. Asimismo explicaremos cómo se utilizaba, cuáles son sus características técnicas y el posible significado derivado de su forma, que evoca una campana. Estudiaremos también su maravillosa decoración calada, con motivos vegetales e inscripciones árabes.

Más información aquí: https://elcafedelalluvia.com/el-sereno-de-madrid-una-lampara-en-la-alhambra/

sábado, 30 de julio de 2016

Ayer y hoy del Barrio de Salamanca

Comparar las imágenes actuales con las del pasado supone un ejercicio de nostalgia, de curiosidad e incluso de reflexión ética y estética. Desde el punto de vista histórico, las fotografías antiguas constituyen una fuente de información básica y de su confrontación con la realidad actual se pueden derivar interesantes indicios que nos ayudan a comprender la evolución social, por ejemplo de una ciudad como Madrid y de un barrio de dicha ciudad, como Salamanca.

Compruébalo en este video: Ayer y hoy del Barrio de Salamanca


jueves, 30 de junio de 2016

El Monumento a Velázquez en el pórtico central del Museo del Prado

Para conmemorar el III Centenario del nacimiento de Diego Velázquez, la Sociedad Central de Arquitectos y el Círculo de Bellas Artes, promovieron un concurso para erigir un monumento al pintor delante del portico central del Museo del Prado. El vencedor fue Aniceto Marinas, que ya había realizado algunos importantes monumentos conmemorativos en Madrid y en otros lugares de España. La inaguración fue muy solemne, con la presencia de la regente María Cristina y su hijo, el futuro Alfonso XIII, y tuvo lugar el día 14 de junio de 1899.


Se trata de un vaciado en bronce, realizado por Masriera y Campins, fundidores de Barcelona que llevaron a cabo numerosos trabajos en Madrid, a partir del modelado en yeso creado por Marinas. La estatua se caracteriza por un realismo academicista, propio de la escultura pública de la época. Marinas logró una composición global expresiva y al mismo tiempo se recreó en un detallismo minucioso.


Se trata de una figura de cuerpo entero, sedente, con los signos característicos del pintor: la paleta, los pinceles y el tiento, a los que hay que sumar la espada y la capa recogida en el respaldo del asiento, lo que alude a su condición de caballero de Santiago, cuya cruz luce en el pecho. La imagen del pintor es de carácter naturalista, fiel a los retratos que se conservan del artista. Se trata de una instantánea, ya que el pintor se encuentra sentado en su sillón, pero en tensión, en el momento en el que está concentrado en la pincelada que se dispone a dar sobre un invisible lienzo.


Es una escultura pensada para ser vista principalmente de frente, con el magnífico pórtico de Villanueva como telón de fondo, pero si la rodeamos obtendremos otros puntos de vista secundarios que nos permitirán sobre todo recrearnos en los detalles. Su ubicación es excelente, en origen rodeada de una pequeña plantación de césped, y su tamaño muy adecuado para el espacio urbano en el que se encuentra.


El pedestal fue realizado por Vicente Lampérez, arquitecto, restaurador e historiador del arte, personalidad que parece adecuada para la empresa. Es muy sobrio, un gran volumen prismático de piedra de planta rectangular sobre base escalonada, que eleva y resalta el bronce de la estatua. En él aparacen inscritas las fechas del nacimiento y muerte del pintor y en letras yuxtapuestas su apellido, así como una inscripción incisa: LOS / ARTISTAS ESPAÑOLES / POR INICIATIVA DEL / CÍRCULO DE / BELLAS ARTES / 1899.


Fue una época en la que se realizaron por parte de la cultura official de la Restauración Borbónica, numerosas conmemoraciones de grandes personalidades del pasado, tanto de la política como de la cultura, con especial predilección por el Siglo de Oro, sobre todo en Madrid. El primero de estos personajes en ser recordado a través de una estatua pública fue Cervantes, a continuación Murillo y luego, casi a la vez, Calderón de la Barca y Velázquez

viernes, 24 de junio de 2016

Luis Gutiérrez Soto, arquitecto de Madrid

Luis Gutiérrez Soto (1890-1977) es un arquitecto imprescindible para comprender el complejo y cambiante Madrid del siglo XX. Graduado en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1923, discípulo de López Otero y buen conocedor de la arquitectura internacional de la época, realizó cientos de proyectos para la ciudad. En los años treinta adoptó un tipo de arquitectura moderna, racionalista, pero influida por el expresionismo alemán. Después de la Guerra Civil participó activamente en la reconstrucción de Madrid con una arquitectura ecléctica y variable. Realizó edificios simbólicos, como el Ministerio del Aire en Moncloa e innumerables construcciones residenciales en los barrios más acomodados, como Salamanca, Argüelles o Chamberí.



El antiguo cine Barceló, obra racionalista de Gutiérrez Soto

Ver video sobre Gutiérrez Soto



viernes, 3 de junio de 2016

Primavera en la Casa de Campo

Incluso en las grandes ciudades la primavera se hace presente con una vitalidad arrolladora. Y aunque no nos produce sorpresa su llegada porque el calendario nos avisa previamente, no deja de maravillarnos cada año su vigor delicado. En Madrid, la Casa de Campo es un privilegiado observatorio de este fenómeno.




 
























Fotografías de Martín Juez

sábado, 21 de mayo de 2016

Ciclo de charlas sobre Aniceto Marinas en la Biblioteca Regional

Iniciamos en la Biblioteca Regional de Madrid un ciclo de tres charlas sobre el escultor Aniceto Marinas (1866-1953), muy vinculado a Madrid por su trayectoria biográfica y con gran parte de sus obras principales en las calles y museos de la ciudad. Creemos que puede ser una buena manera de conmemorar los 150 años del nacimiento del artista.




Monumento a Daoíz y Velarde. Segovia.
Foto de Martín Juez

Las charlas tendrán lugar en el salón de actos de la Biblioteca a las 18:30 h. La entrada es libre y gratuita hasta completar aforo.

La programación es la siguiente:

Lunes 23 de mayo: Aniceto Marinas en el contexto de la escultura española

Lunes 30 de mayo:  Aniceto Marinas: una vida dedicada a la escultura

Lunes 6 de junio: Las esculturas de Aniceto Marinas en Madrid

martes, 17 de mayo de 2016

Celebramos el Día y la Noche de los Museos en el Museo Arqueológico Nacional

Atacama Servicios Culturales ha sido invitada a participar en el Museo Arqueológico Nacional en la celebración del Día Internacional de los Museos, que conmemora este año su 38 aniversario. Bajo el lema Museos y Paisajes Culturales el ICOM propone una reflexión sobre la función del museo como responsable del patrimonio cultural pero, no solo el que custodia entre sus muros, sino también el del entorno o paisaje cultural del que el propio museo forma parte y con el que se siente comprometido en su conservación y dinamización.

Arqueología y Patrimonio público

Por este motivo realizamos el día 18 de mayo un itinerario guiado, El Museo y su barrio, a través del cual el participante podrá conocer parte de la historia y la arquitectura del Museo y su integración en el entorno urbano del Barrio de Salamanca y el Paseo de Recoletos.

Apertura extraordinaria 20 a 24 horas
Además participamos también el sábado 21 de mayo en La Noche de los Museos dentro de la actividad Enigmas del pasado.

viernes, 8 de abril de 2016

Itinerarios de la Biblioteca Regional para conocer la escultura pública de Madrid


La escultura pública armoniza y da identidad a un espacio urbano. Además tiene una función didáctica, que emana del poder. Las obras escultóricas en la ciudad de Madrid se caracterizan por su gran diversidad. Son el resultado de diferentes políticas monumentales, que obedecen en algunos casos a programas iconográficos elaborados, o bien a actuaciones aisladas, pero siempre son testimonio de los valores sociales dominantes en cada momento histórico, de los sucesivos estilos artísticos y de la personalidad de cada creador.

La escultura monumental configura un peculiar relato de la historia de la ciudad, cada uno de los monumentos es un documento patrimonial de Madrid, un testigo de su evolución en el tiempo. Los monumentos forman parte del patrimonio cultural y, según la Unesco "tienen un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia".


Estatua ecuestre de Felipe IV en la Plaza de Oriente
La Biblioteca Regional de Madrid ha aceptado la propuesta de Atacama para realizar seis itinerarios guiados por las calles de Madrid dedicados a la escultura monumental. En cada uno de ellos, que tendrán lugar entre los meses de abril y mayo, se analizarán monumentos de épocas y características distintas, reunidos en un mismo espacio urbano. Los itinerarios son los siguientes:

-       Esculturas públicas en el Centro Histórico

-       Escultura monumental en el eje Recoletos-Prado

-       El Retiro, un museo de escultura al aire libre

-       La escultura en Atocha y el Panteón de Hombres Ilustres  

-       La escultura en la cornisa de Madrid: desde la Plaza de España al Parque del Oeste

-       La escultura en el Barrio de Salamanca y el Museo de Arte Público

Para más información en el Portal del Lector

lunes, 28 de marzo de 2016

Zahara en El Jarama


La Cafetería Zahara, situada en el nº 31 de la Gran Via de Madrid, desapareció en 2010. Había nacido en 1930, diseñada por los arquitectos Secundino Zuazo, Carlos Arniches y Martín Domínguez. Su lenguaje arquitectónico y decorativo era claramente racionalista, definido por su carácter funcional y una elegante sobriedad. Sucesivas obras lo fueron transformando hasta desfigurarlo completamente.

Fachada del Café Zahara en la Gran Vía en 1930. Revista Arquitectura, 1930, nº 16
 En la novela El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio, podemos comprobar que la cafetería conservaba  en 1955, fecha de la publicación del libro, todo su carácter emblemático como uno de los faros de la modernidad de la Gran Vía, como un símbolo de la ciudad de Madrid frente a la ruralidad del valle del Jarama. En este palpitante diálogo entre Lucio, Carmelo y Mauricio, tres de los representantes de lo rural en la novela, se dibuja la imagen de Madrid visto desde el campo. Sin duda la contraposición entre los dos ámbitos es una de las claves de la obra:

 
– Ninguno está conforme con lo que tiene – dijo Lucio -. Siempre se echa de menos lo contrario.

– Sí, lo que es – replicaba Carmelo -; como estuviera yo en los Madriles, escapado iba a echar yo de menos todo esto de aquí. Mejor campando por tus respetos en un Madrid, aunque sea no siendo uno nadie, que alcalde en Torrejón, con toda la importancia de ese pueblo. Si ya lo dice la gente: «De Madrid al cielo», ahí está; con eso ya queda dicho.

El carnicero se volvió, sonriendo, hacia él.

– Bueno, ¿y tú qué harías en un Madrid?, vamos a ver. Cuéntanoslo.

– ¿Yo…? ¿Que qué haría…? – se le encendía la cara -. ¿Qué es lo que haría yo en Madrid? – chasqueó con la lengua, como el que va a empezar a relatar alguna cosa alucinante-. Pues, lo primero… Me iba a un sastre. A que me hiciese un traje pero bien. Por todo lo alto. Un terno de quinientas pesetas…

Se pasaba las manos por la raída chaquetilla, como si la transfigurase. Mauricio le interrumpió:

– ¿De quinientas pesetas? ¿Pero tú qué te crees que te cuestan los trajes a la medida en Madrid? Con quinientas pesetas ni el chaleco, hijo mío.

– Pues las que hiciesen falta – dijo el otro -. Quien dice quinientas, dice setecientas…

– Bueno, hombre, sigue. Pongamos que con setecientas te alcanzaba para ponerte siquiera medio decente. ¿Luego qué hacías?, a ver. Continúa.

– Pues luego, me salía yo a la calle, con mi trajecito encima, bien maqueado, pañuelo de seda aquí, en el bolsillo este de arriba, ¿eh?, mi corbata, un reloj de pulsera de estos cronométricos, y me iba a darme un paseo por la Gran Vía. Poquito; ida y vuelta nada más, y descansado, para sentarme a renglón seguido en la terraza de un café, ¿cómo se llama ése?, Zahara, en la terraza del Zahara. Allí ya, bien repantigado, daba unas palmaditas – hizo el gesto de darlas -; y en esto, el camarero: un doble de cerveza así de alto con… con una buena ración de patatas fritas, eso es. Ah, y el limpia. Que me mandase en seguida al limpiabotas para sacarme brillo a los zapatos…