EL PLACER DE LA CULTURA

martes, 22 de mayo de 2012

Ya os lo decía yo...

A veces sorprende la lucidez de textos escritos hace más de 2.000 años, no tanto por su cercanía al momento actual sino por su percepción del género humano a través del tiempo y uno quizá se asombra de ese afán por que le gobiernen, incluso sabiendo de antemano las consecuencias.

En momentos de crisis como los actuales, de desintegración de estructuras y valores, de pérdida de rumbo, de caída de modelos que parecían inamovibles puede que sea bueno volver a releer el texto del profeta Samuel para adivinar por qué recibió ese apelativo…


Samuel transmitió al pueblo que le había pedido un rey todo lo que le había dicho Yavé. Les dijo: Miren lo que les va a exigir su rey: les tomará a sus hijos y los destinará a sus carros de guerra o a sus caballos, o bien los hará correr delante de su propio carro; los empleará como jefes de mil y como jefes de cincuenta; los hará labrar y cosechar sus tierras; los hará fabricar sus armas y los aperos de sus caballos; les tomará sus hijas para peluqueras, cocineras y panaderas; a ustedes les tomará sus campos, sus viñas y sus mejores olivares y se los dará a sus oficiales; les tomará la décima parte de sus sembrados y de sus viñas para sus funcionarios y servidores; les tomarás sus sirvientes, sus mejores bueyes y burros y los hará trabajar para él, a ustedes les sacará la décima parte de sus rebaños y ustedes mismos serán sus esclavos. Ese día se lamentarán del rey que hayan elegido, pero Yavé ya nos les responderá” (1Samuel 8, 10-18)

Gustave Courbet. El mar tormentoso. 1870

No hay comentarios: