La terraza superior de los
jardines del Palacio del infante don Luis de Borbón en Boadilla del Monte fue
trazada con un diseño geométrico. Estaba formada por dos cuadros vegetales no
simétricos que llenaban el espacio rectangular. Ventura Rodríguez diseñó una
fuente, esculpida por Felipe de Castro y Manuel Álvarez, que se ubicó entre los
dos cuadros, en una glorieta circular arbolada situada en el centro mismo de la
terraza y en el eje del Palacio.
Antonio Ponz en su Viage de
España de 1776 la describió, poco antes de que se instalara, de esta manera:
En frente de ésta (la fachada del jardín) se ha de colocar la magnifica
fuente de marmol de que estuvo encargado D. Felipe de Castro, y hubiera acabado
brevemente, á no haber fallecido; pero está concluyendo la obra su discípulo D.
Manuel Alvarez. Consiste en tres tazas principalmente: dentro de la mayor, que
es la del suelo, hay tres tritones niños sobre otros tantos pedestales, que en
unas conchas reciben el agua, que arrojan por la boca tres delfines de la
segunda taza, la qual está sostenida por otros tres tritones agrupados con
delfines, que tambien arrojan agua por la boca sobre conchas, que alternan con
galápagos en el pedestal. La tercera taza se vé sostenida de tres ninfas, y en
el medio hay un niño, que ha de arrojar el agua por la boca hasta grande
altura. Todas las expresadas tazas están adornadas de muy buen gusto, y en el
reverso de la del medio hay baxos relieves de conchas, delfines, y otras cosas.
La invencion, y disposicion de la expresada fuente es del citado D. Ventura
Rodriguez, bien que el autor de la escultura fue D. Felipe de Castro.
Vista de los jardines de Boadilla desde la primera planta del Palacio (junio de 2013)
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Después del exilio del infante y
el casi abandono del Palacio, su hija María Teresa y el marido de ésta, Manuel
Godoy, regresaron al Palacio, que volvió a quedar deshabitado durante la Guerra
de la Independencia. Tras la marcha de
María Teresa a Francia, su hermana e hija menor del infante don Luis, María
Luisa, y el esposo de ésta, el duque de San Fernando de Quiroga, vendieron la
fuente a Fernando VII, que se la regaló a su mujer, la reina María Cristina de
Borbón. La fuente realizó así su primer viaje, desde Boadilla del Monte, a
Carabanchel Bajo, ya que la reina mandó instalarla en su posesión de la Quinta
de Vista Alegre. Fue seguramente en 1832. Una parte del jardín se diseñó
expresamente para recibir esta fuente monumental, que se situó en una placita
circular, entre bosquetes, en un recoleto rincón al noroeste de la finca.
Eva Rodríguez Romero cita en su
tesis doctoral, El jardín paisajista y
las quintas de recreo de los Carabancheles: la posesión de Vista Alegre (publicada
por Fundación Universitaria Española, Madrid, 2000), dos referencias
documentales que prueban la presencia de la Fuente de las Conchas en Vista
Alegre: aparece en el plano de la posesión de 1845 y en el inventario del mismo
año que ese encuentra en el Archivo General de Palacio (sec. admva. leg.
1306/4).
Sin embargo, la fuente no
permaneció mucho tiempo en el pintoresco jardín de Carabanchel y volvió a
ponerse en marcha. En efecto, a mediados del siglo XIX, la hija mayor de María
Cristina, la reina Isabel II, decidió ordenar y ajardinar el agreste Parque de
Palacio que descendía desde la residencia real hacia el Manzanares, en violenta
caída. El arquitecto Narciso Pascual y Colomer se ocupó de la creación del que
empezaba a ser conocido como Campo del Moro.
Para dignificar el jardín, tan
próximo al Palacio, Pascual y Colomer dispuso en 1847 la colocación de dos
fuentes monumentales en el mismo, concretamente en la gran avenida situada en
el eje del Palacio. Por Real Orden se trasladaron, una, desde el Jardín de la
Isla de la Aranjuez y, otra, desde la Quinta de Vista Alegre: la primera,
llamada de los Tritones, se colocó en la glorieta situada más cerca del Palacio
y la de las Conchas, se situó más al oeste, en dirección al Manzanares. La de
los Tritones era del siglo XVII y la de las Conchas, como hemos dicho, de la
segunda mitad del siglo XVIII, pero ambas tienen un aire común, por su
material, características formales e iconografía.
La Fuente de las Conchas en el Campo del Moro (octubre de 2013) |
De esta manera, una obra diseñada
por el arquitecto de Ciempozuelos, Ventura Rodríguez, se colocaba muy cerca del
edificio donde había iniciado su carrera, a las órdenes de Juvara y Sacchetti:
el llamado Palacio Nuevo o Palacio Real.
La fuente de las Conchas está
íntegramente realizada en mármol blanco y se sitúa en un pilón circular de
granito, obra de Pascual y Colomer. Cuenta con un pedestal que sujeta tres
tazas circulares, cuyo tamaño va decreciendo a medida que aumenta la altura. En
el pilón inferior encontramos tritones niños, hijos de Neptuno y Anfítrite, que
tal vez pretenden expresar la esperanza en el futuro del infante; curiosamente
don Luis y doña María Teresa de Vallabriga tuvieron tres hijos. Los tritones
llevan conchas en sus manos por las que vertían agua.
Detalle de la taza inferior de la Fuente de las Conchas en el Campo del Moro (octubre de 2013) |
Detalle de un tritón niño de la taza inferior de la misma fuente (octubre de 2013)
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Más arriba aparecen tres
galápagos separados por grandes conchas y tritones adultos con piernas que
rematan en cabezas de delfín y que sujetan cestas con frutas. Sin duda son
referencias a la prosperidad y la riqueza de la “corte” del infante.
Detalle de los tritones que sostienen la segunda taza (octubre de 2013) |
Detalle de las figuras femeninas que sostienen la tercera taza (octubre de 2013)
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Detalle del tritón que remata la tercera taza (octubre de 2013) |
1 comentario:
Muy interesante y muy bien contada la historia
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