El Retiro es un jardín de
jardines. Podemos encontrar en él muchas variedades jardineras diferentes, un
verdadero compendio de estilos de jardinería. Uno de los espacios más singulares
es el Parterre, al que se accede por la calle Alfonso XII por la puerta más
antigua del Parque, que se abre frente al Casón del Buen Retiro.
Se trata de un buen ejemplo del
jardín barroco francés, un estilo que se caracteriza por su planificación
geométrica, una racionalidad cartesiana
y una rígida ordenación que somete a la naturaleza. Es un jardín de invierno, llano,
despejado, concebido para el paseo al sol y la contemplación dominante del
paisaje, en el que los setos recortados se alinean simétricamente. Tiene planta
basilical, con una avenida central que remate en un ábside y dos laterales
centrados por estanques. En origen, los setos trazaban un dibujo de arabescos
que le daban un aspecto de tapiz, como podemos ver en el Plano de Madrid de Tomás
López (1785). El jardín actual mantiene básicamente el esquema original.
Detalle del Parterre del Retiro en el Plano Geométrico de Madrid de Tomás López. 1785 |
Vista aérea del Parterre en Google Maps |
No fue siempre así, ya que cuando
se construyó el Palacio del Buen Retiro y sus correspondientes jardines, en la
década de los 30 del siglo XVII, se encontraba aquí el Jardín de las Ocho
Calles, éstas estaban cubiertas de enramados en forma de bóvedas y se cruzaban
en una plazoleta central.
Detalle del Jardín Ochavado de los Jardines del Palacio del Buen Retiro en la Topographia de la Villa de Pedro de Texeira. 1656 |
Felipe V, que inauguró la
dinastía de los Borbones en el trono hispánico, promovió una profundísima
reforma en el Buen Retiro que no llegó a realizarse. Robert de Cotte,
arquitecto de Luis XIV, abuelo de Felipe V, trazó un proyecto muy ambicioso y
prácticamente irrealizable, del que tan sólo se llevó a la práctica el
Parterre, que sustituyó al Jardín de las Ocho Calles y que, con algunas
modificaciones, es el que ha llegado hasta nosotros.
Robert de Cotte. Proyecto para el nuevo palacio y jardines del Buen Retiro. 1707
|
El famoso ahuehuete o ciprés
calvo, el árbol más antiguo de Madrid, es un superviviente del jardín del siglo
XVII, que resistió al trazado geométrico del Parterre y a la ocupación
napoleónica, al igual que el estanque del lado norte, que podemos ver en la
Topopgraphia de la Villa de Pedro de Texeira (1656).
El muro de contención que se
encuentra en la cabecera del jardín, con fuentes y una escalinata que termina
en mirador se añadió a mediados del siglo XIX. Entonces se recreó el dibujo de
los setos recortados. Más tarde se añadieron los monumentos y finalmente el Parterre
fue remodelado de nuevo tras la Guerra Civil, aunque sin variar el esquema
general.
Nadie como Ramón ha sabido captar
y transmitir por escrito el espíritu de este jardín de estilo francés:
El Parterre del Retiro tiene una frialdad arquitectónica como de una
obra hecha con demasiada técnica literaria. El Parterre está trazado con
tiralíneas, valiéndose también el jardinero creador de la escuadra y el
cartabón.
Un salón-jardín con todos sus verdores muy ordenados y los macizos,
como muebles, muy artísticamente distribuidos.
El Parterre va todos los días a la peluquería y huele a loción, y se ve
cómo le apuran el corte de la nuca.
Ramón Gómez de la Serna.
Fragmentos del capítulo “El Parterre del Retiro” de su recopilación Elucidario de Madrid. Renacimiento.
Madrid, 1931
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