Posiblemente el monumento conmemorativo del 2 de mayo de 1808 más importante de Madrid es el que se encuentra en el Paseo del Prado. También es el más antiguo, al menos en su concepción, ya que su realización se dilató en el tiempo como consecuencia de la agitada historia política del siglo XIX español.
Ya las Cortes de Cádiz de 1812 aprobaron la construcción de un monumento, que fue ratificado en una de las pocas sesiones celebradas por los diputados en Madrid en 1814. Los congresistas indicaron que debía erigirse en el terreno donde habían sido fusilados por orden del general Murat algunos de los rebeldes del 2 de mayo, junto al Salón del Prado, que pasaría a llamarse Campo de la Lealtad. También propusieron que el monumento se cerrara con una verja y que se dispusieran árboles a su alrededor. Además se indicaba que su forma debía ser la de una sencilla pirámide, figura que aparece en algunos de los proyectos más interesantes de la arquitectura revolucionaria francesa.
La imposición del absolutismo de Fernando VII frenó el proyecto, que fue resucitado durante el Trienio Liberal (1820-1823). En efecto, en 1821 se solicitó a Antonio López Aguado, arquitecto mayor de Madrid, que elaborase el diseño, en esta caso, de una pirámide y un obelisco. Finalmente, la obra se sacó a concurso público ese mismo año y el ganador fue Isidro González Velázquez con el diseño de un obelisco, y no de una pirámide, a partir de un boceto que había realizado para el catafalco de Isabel de Braganza. Con la restauración del absolutismo en 1824, la construcción del monumento volvió a quedar paralizada y hubo que esperar hasta la muerte de Fernando VII. Fue en 1836 cuando el Ayuntamiento decidió continuar la obra, que se inauguró el 2 de mayo de 1840, al final de la regencia de María Cristina, un periodo en el que se erigieron muy escasos monumentos conmemorativos en Madrid. Entonces se trasladaron a este lugar los restos de los fusilados, que se hallaban en la Colegiata de San Isidro.
El obelisco se ubicó en un jardín que proporciona al lugar un carácter íntimo y recogido, propio de una conmemoración funeraria, pese a estar situado junto al Paseo del Prado. Esta segunda característica favorece la visibilidad al monumento, ya que se trata de una obra didáctica, que debe entenderse como un ejemplo de la actitud patriótica de los héroes del 2 de mayo.
La obra está compuesta de tres cuerpos. En el zócalo se eleva un sarcófago con un medallón en bajo relieve que representa los bustos de los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, que dirigieron la defensa del Paque de Monteleón. También hay una urna que contiene las cenizas de los madrileños fusilados en estas jornadas. En la parte posterior podemos ver un relieve con un león que defiende las armas nacionales, obra de José Tomás, así como el escudo de la villa de Madrid.
Sobre este zócalo se encuentra un pedestal con cuatro estatuas, una en cada frente. Realizadas en piedra de Colmenar según el diseño de 1823 del escultor Esteban de Ágreda, representan a cuatro virtudes, la Constancia -realizada por Francisco Elías-, el Valor –de José Tomás-, la Virtud –de Sabino Medina- y el Patriotismo –de Francisco Pérez-. Son dos imágenes femeninas y dos masculinas de clara inspiración clásica y con un evidente carácter heroico. En este sentido puede hablarse de una identificación entre las virtudes romanas y las virtudes ciudadanas del liberalismo, dentro de una concepción educativa y moral del arte.
Sobre el pedestal descansa un gran un obelisco de piedra que alcaza los 46 metros de altura. Se trata de un elemento tomado de la arquitectura egipcia, pero de gran tradición en el arte occidental, dotado de un carácter funerario y triunfal al mismo tiempo, muy adecuado por lo tanto para este monumento. En 1985 sufrió un relevante cambio de orientación, ya que pasó a convertirse en un homenaje a todos los caídos por España, en cuya memoria se colocó una llama perpetua.
Litografía de Isidro González Velázquez. Monumento en memoria de las víctimas del 2 de mayo de 1808. Museo de Historia de Madrid (http://www.memoriademadrid.es/) Las siguientes fotografías han sido tomadas por Francisco Juez |
No hay comentarios:
Publicar un comentario