Hasta el último cuarto del siglo
XIX no se construyeron los primeros mercados cubiertos de la ciudad, lo que
permitió mejorar las condiciones higiénicas de los productos, la salubridad de
las vías públicas y el tránsito por la calles. En 1875 Alfonso XII inauguró las
primeras instalaciones modernas dedicadas tanto a la venta al por mayor como al
comercio minorista; se trata de los mercados, hoy desaparecidos, de la plaza de
la Cebada, dedicado a frutas y hortalizas, y de la plaza de los de Mostenses,
para caza, pesca y ganadería. Un año más tarde se inauguró el de Chamberí y en
1879 el de la Paz, en el Barrio de Salamanca. Todos ellos eran modernos
edificios con estructura de hierro y cerramiento de cristal. Sin embargo, en
muchos barrios de Madrid continuaron los mercados callejeros hasta bien entrado
el siglo XX.
El Mercado de la Paz fue inaugurado
el 4 de octubre de 1879, promovido por los empresarios y banqueros catalanes
Manuel y Jaime Girona y Agrafel. El mercado nació para satisfacer la necesidad
de abastecimiento del barrio, cuya historia había comenzado apenas 20 años antes. El diario El Imparcial
de 5 de octubre de 1879 subrayaba la ausencia de instalaciones mercantiles en
el barrio de Salamanca: “Tiempo hacía que el vecindario de aquella parte de
Madrid expresaba los deseos de que se construyera tan necesaria é importante
obra”.
El arquitecto encargado de la
construcción en hierro del mercado fue Antonio Ruiz de Salces, que por entonces
dirigía también las obras del Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales, el
cual iniciaba su etapa final tras un proceso demasiado dilatado en el tiempo. El
citado diario El Imparcial resaltaba que el edificio, un rectángulo de 70 x 20
m., conciliaba “la comodidad de los vendedores y del público, así como la
facilidad de circulación con una construcción sin pretensiones de suntuosa,
pero sí con las de perfectamente adecuada á los servicios que en todo mercado
deben existir”. Contaba entonces
con 120 puestos, casi todos ya alquilados antes de la apertura del mercado,
distribuidos en 4 manzanas centrales y 4 laterales, con un amplio espacio
central para la circulación. El Imparcial destacaba también la buena
ventilación y la adecuada iluminación y aludía a un desaparecido reloj de torre
que coronaba el edificio.
La inauguración, según el citado diario, se caracterizó por la “mucha y muy distinguida concurrencia, que
fue obsequiada con un espléndido buffet”. Entre los asistentes se cita al alcalde marqués de Torneros, al
presidente de la diputación conde de la Romera y al general Serrano y su
esposa. Los fuegos artificiales y la música de artillería dieron, ya por la
noche, fin a la celebración.
El Mercado de la Paz fue profundamente
remodelado en los años cuarenta del siglo XX y en los años ochenta se recuperó la
estructura de hierro y se modernizaron las instalaciones. Pero, a pesar de los
cambios, podemos considerarlo el mercado más antiguo de los que permanecen en
pie en Madrid.
Foto: Francisco Juez |
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